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El G20 vuelve a alertar sobre los altos riesgos que se avizoran

El grupo de las 20 economías más importantes del planeta (G20) volvió a recopilar ayer en Washington la avalancha de riesgos que se ciernen en el horizonte, donde las presiones populistas, el proteccionismo y un sistema financiero todavía débil amenazan con descarrilar la economía global. El propio ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, señaló durante la rueda de prensa conjunto con su homólogo chino, Lou Jiwei, que “el peligro de una nueva crisis no se ha desvanecido por completo”, dijo. En este menester, Lou estimó que “la incertidumbre y los riesgos que enfrenta la economía global han aumentado” haciendo referencia a las elecciones presidenciales en ciernes, las dudas generadas por el brexit, las crecientes tensiones geopolíticas y las vulnerabilidades del sistema financiero.

Precisamente, el nombre que sonó en la sala fue el de Deutsche Bank, el banco alemán que amenaza con enfrentar una multa de hasta 14 mil millones de dólares por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Aun así, como ya ocurrió el jueves, Schauble, prefirió no hacer comentarios. Dicho esto, fue claro al señalar que no es el papel de las instituciones internacionales supervisar a la banca europea, haciendo alusión al Fondo.

Recordemos que Alemania tomará el testigo de China el año que viene como encargado de liderar las reuniones del G20. Tampoco debemos pasar por alto que esta semana el FMI dijo que 1 de cada 3 bancos europeos sufre cierta debilidad que no le permitirá una rentabilidad sostenible. Al respecto, la propia directora gerente, Christine Lagarde, aconsejó a Deutsche Bank revisar su modelo de negocio para garantizar su viabilidad y lograr un acuerdo lo antes posible con las autoridades.

El ministro de Finanzas germano, sin embargo, no dudó en posicionarse del lado del Fondo a la hora de poner sobre la mesa los riesgos que deriven de la política ultraacomodaticia que emplean en estos momentos muchos bancos centrales, entre ellos el europeo y el nipón. “Si el FMI alerta sobre las consecuencias de estas políticas creo que es una señal de esperanza de que nos tomaremos el asunto más en serio”, dijo al referirse a las alertas del Banco de Pagos Internacionales, que avisa desde hace años que los bajos tipos de interés pueden dejar a la economía mundial en un estado de inestabilidad continua.

“La resaca del excesivo apalancamiento, tanto público como privado, junto a una política monetaria ultraacomodaticia es uno de los riesgos que tendremos que enfrentar incluso tras las lecciones dejadas por la crisis financiera hace una década”, advirtió Schauble. Esta semana el Monitor Fiscal del Fondo indicó que la deuda pública y privada, no financiera, alcanzó en 2015 los 132 billones de dólares o el 225 por ciento del PIB mundial. También se advirtió que el 40 por ciento de los bonos soberanos registran una rentabilidad negativa, una situación sin precedentes.

Otro de los retos en el horizonte más cercano está en cómo solventarán su divorcio Reino Unido y la Unión Europea. En un encuentro paralelo, Paul Thomsen, director del Departamento Europeo del FMI, hizo referencia al desplome sufrido por la libra en las últimas horas. “Mientras que obviamente la libra ha caído con fuerza, no hemos observado una reacción negativa significativa por parte del mercado, gracias las políticas apropiadas de los bancos centrales y el Banco de Inglaterra, así como el anuncio del Ministerio de Finanzas, que tomará las políticas fiscales apropiadas si fuera necesario”, señaló.

Redacción

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