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Flujos migratorios

El tránsito por México de personas indocumentadas procedentes de Centroamérica con destino a Estados Unidos es considerado por el Gobierno federal mexicano como la quinta de 10 amenazas a la seguridad nacional de dicho país, y no como una crisis humanitaria, descubre la Agenda Nacional de Riesgos 2015.

Dos temas preocupan sobremanera a los órganos de inteligencias civiles y militares: los flujos migratorios descontrolados y la porosidad en la frontera sur. Respecto de esta última, alertan que las estructuras de seguridad son institucionalmente frágiles y presentan poca o nula capacitación, así como altos niveles de corrupción que han permitido la infiltración de la delincuencia organizada.Flujos Migratorios

Para enfrentar la fragilidad institucional, en 2014 el Gobierno federal mexicano instauró su Programa Frontera Sur, que criminaliza a los migrantes sin documentos por medio de operativos y redadas, lo que ha dado como resultado el incremento de deportaciones de centroamericanos, que a la fecha suman 93,877, enfatiza Castro.

Parte del problema de la política migratoria tiene que ver con esa visión de seguridad nacional, porque la seguridad nacional tiene otros intereses que no son las personas ni los derechos humanos. En 2014, cuando empezó el Programa Frontera Sur, dije que era una política de lobo con piel de oveja. Ahora digo que es una política de lobo con piel de lobo, porque los operativos son más efectivos, respondiendo a los lineamientos de Estados Unidos para frenar la migración.

Como consecuencia de ese programa, y de las agresiones que ejercen diversos grupos del crimen organizado (secuestros, desapariciones, ejecuciones, extorsión, violaciones sexuales, trata sexual y laboral), los migrantes indocumentados han modificado sus rutas. Ello ha derivado en la segunda “amenaza” a la seguridad nacional mexicana: los flujos migratorios descontrolados, es decir, aquellos que las autoridades federales no pueden contener, por desconocer sus recorridos o porque estos son de difícil acceso.

Por: Fernando Castro 

Redacción

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