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Al principio era el ciudadano…

Por: Alejandro A. Tagliavini*

Antes que ningún otro sitio de EE. UU., en la taberna de Roland Proulx en Millsfield, una pedanía cerca de la frontera con Canadá, se votará para presidente en estas elecciones del martes 8 de noviembre. Los 30 vecinos están llamados a esa urna, en este pueblito que es uno de los tres diminutos enclaves -junto con Hart’s Location y Dixville Notch- del norte del estado de New Hampshire, que tiene la peculiar potestad de votar en la medianoche del Día D.

New Hampshire es un estado próspero y pequeño, que figura entre los más permisivos en muchas materias, y con menor presión fiscal, haciendo honor a su lema oficial: vive libre o muere. Allí, con esta libertad, se entiende una rareza electoral como la de sus pueblos de las Montañas Blancas.

Es también un estado clave en estos comicios y como era de esperarse, tiene un fuerte arraigo el movimiento libertario que no tiene chances a nivel nacional, según las encuestas, lo que es de lamentar ya que, sin ser ideal, es el único serio de los candidatos en danza. Existe cierta rivalidad entre los tres enclaves sobre cuál acaba primero y Dixville Notchlleva las de ganar ya que solo tiene 12 habitantes.

Ahora, cuenta Carlos Mira que, desde 1845, la legislación en EE.UU. estableció una original fórmula para definir la fecha de las elecciones, ya sean presidenciales o de medio término: deben realizarse el primer martes después del primer lunes de noviembre. A ver, empecemos por el principio.

Mientras que la colonización española en América fue técnicamente una invasión militar, en el norte se establecieron ciudadanos que privada e independientemente migraron -básicamente por motivos religiosos- desde Inglaterra y se instalaron en territorio americano. Luego llegaron las tropas inglesas que, finalmente, fueron echadas por las americanas.

Así, el espíritu fundador del norte de América fue distinto: eran comunidades de ciudadanos privados con una fuerte influencia religiosa, mientras que en Latinoamérica la invasión militar estableció claramente que era el Estado el que se imponía sobre los habitantes. Hoy, en países como Argentina, se obliga a los ciudadanos a votar,. a muchas otras cosas, tal como a personas sometidas militarmente, por no decir esclavos.

*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

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