La cultura del diálogo
En nuestra vida diaria se hace necesario dialogar, este mecanismo de comunicación es importante para discernir los pensamientos que intercambiamos con las personas que nos rodean. Esta interacción la hacemos inicialmente en nuestro entorno familiar.
Muchas veces, la falta del diálogo provoca malos entendidos y pareciera que por cultura nos cuesta decir las cosas en el momento que las sentimos, o por pena no expresamos lo que sentimos hacia quienes nos rodean.
Por idiosincrasia se nos tilda de tímidos, algunas veces, o en otras nos exaltamos por ser demasiado expresivos. En general, la cultura del guatemalteco es ser amable, pero todavía le falta el atrevimiento en manifestarse por situaciones que afectan su vida.
Insistimos en que el diálogo es necesario, porque los últimos acontecimientos que se han suscitado en el país lo ameritan. Primero se dio el paro de los transportistas y pasó más de una semana, hasta que intervino el presidente Morales, quien también tardíamente participó en buscar una solución pronta.
En este caso, el mandatario se reunió con los transportistas, desde luego, tuvo que haber dialogado con el alcalde Álvaro Arzú, para que este diera en parte marcha atrás a lo establecido en la restricción de los horarios para el paso de los vehículos pesados por la ciudad capital.
En este caso, la comuna sigue sin tener una salida para controlar el tráfico, incluso el alcalde Arzú lanzó la idea a los padres de familia que tienen hijos en los colegios para que paguen bus escolar. Desde luego, su idea recibió cantidad de comentarios negativos por el pago que esto representa y además la inseguridad galopante que existe en el país.
Pero volviendo al diálogo, esta semana se produjeron enfrentamientos entre policías municipales y vendedores ambulantes de la Sexta Avenida, sin duda fue algo que no había pasado en los últimos días, se generó evidente violencia y vandalismo, esto hay que evitarlo.
La comuna capitalina ha dicho que no dará marcha atrás y no dialogará con los vendedores, sigue con la idea de no dejarlos vender en ese sector. Ahora será la Procuraduría de los Derechos Humanos la que se agregue para buscar un punto de equilibrio en el diferendo.
Lo cierto es que pareciera que esto se volverá alargar de nuevo y ojalá que no se vuelvan a suscitar los incidentes de media semana, que dejaron a varias personas heridas. No se trata de generar violencia, y quienes realizan protestas deben tener cuidado en que no se les infiltren personas ajenas.
Lo ideal es que la comuna planifique bien sus desalojos, porque expone a pocos agentes de la Policía Municipal ante violentas turbas que los pueden agredir y superar en cantidad, ya que se reúnen con mucha rapidez. Ante estas últimas decisiones, sería bueno que prevalezca el diálogo antes que la violencia, y si puede haber soluciones preventivas, sería lo ideal.