Toda una vida dedicada al teatro
Sandy Hernández nació en una familia amantes del arte, entre sonidos y colores, se inició en el mundo de las artes escénicas con el grupo de teatro político Tenemos hambre en el año 2001. Grupo en el que milita por largos 5 años en donde se le inculca el amor al arte de denuncia, de memoria y de historia.
Es autora de diversas obras de teatro para niños y jóvenes, entre ellas se encuentran Los mayas en elecciones, El cuenterete del exiliado, La hija del atarantado, El monólogo de la inocencia, entre otras muchas.
En el 2006 se marcha al sur a realizar estudios de arte terapia y clown social. A su regreso a tierras centroamericanas comienza su acompañamiento con mujeres víctimas de violencia sexual, con quienes comparte terapias, juegos lúdicos, creaciones colectivas y presentaciones por diversos departamentos, así como en festivales por la memoria, dentro y fuera del país.
Luego se dedicó a trabajar con jóvenes de comunidades de retornados y con comunidades en resistencia. Ha trabajado el teatro del oprimido y creaciones colectivas, teatro imagen y performances como una herramienta de denuncia y lucha de los pueblos organizados.
Con los talleres que imparte actualmente pretende contribuir a un cambio, un unirse y entrelazar con lazos de fraternidad una construcción en colectivo de un mundo mejor. Ratificando desde su arte su compromiso con las luchas sociales.
Sandy afirma que todos los pueblos tenemos derecho a revelarnos contra la injusticia y de exigir un país donde podamos vivir en paz y que mejor que luchando contra la impunidad, la corrupción y el olvido, lo que pretende compartir en sus montajes utilizando la risa como herramienta transformadora.
Piccoletta Aspirinetta es el nombre de su personaje, por el cual es reconocida en diversos países del mundo, a los cuales ha llevado alegría, reflexión y carcajadas. Es conocida como doctora en risoterapia, labor que empezó en el hospital Udahondo de Buenos Aires, Argentina, en donde realizó acompañamiento lúdico a pacientes con cáncer, continuando su compromiso en diversos países.
El monólogo de la Inocencia es su obra más reconocida, en la cual hace una denuncia de todos los tipos de violencia que sufren las mujeres de forma cómica y divertida, y con su relato nos deja la esperanza de que defendiendo la alegría, otro mundo es posible.
Piccoletta ha participado en festivales de Unipersonales por toda Latinoamérica, entre los países que han reído junto a ella menciona: Guatemala, México, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Perú, Argentina, Miami.
“El camino del arte me ha llevado a muchos lugares indescriptibles y hermosos, es una verdadera dicha el que tu vocación sea tu profesión, las tablas que he pisado han variado desde el performance de calle hasta eventos en grandes salas de teatro, y he disfrutado cada experiencia intensamente”’-compartió.
La doctora, Piccoletta Aspirinetta, recuerda a las y los guatemaltecos que la risa es un privilegio que todos los seres humanos tenemos, que mejora nuestra calidad de vida y que por eso es tan importante reír desde que despertamos. Reír es una actitud frente a la vida. Evita el estrés, el dolor, la enfermedad, etcétera. Sandy asegura que Guatemala está llena de gente alegre, “de esa alegría que el conflicto armado no pudo matar” y es por ello que sigue defendiendo la alegría y que otra Guatemala es posible.