Editoriales

Las personas mayores son vulnerables

Ayer, durante la celebración del Día Nacional del Adulto Mayor, resaltó la noticia que dio a Siglo.21 la Defensora de las Personas Mayores de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), en el sentido de que seis personas de la tercera edad ya han sido despojadas de sus bienes inmuebles.

Guatemala en definitiva no escapa a esa realidad, muchas personas son vulnerables cuando llegan a edades avanzadas. La vejez en el país no tiene sustento jurídico, desde preservar la integridad a quienes llegan a esa edad, después de haber aportado al país con su trabajo y haber formado a  sus hijos. Teresa Maldonado, a cargo de dicha Defensoría de la PDH, indicó que durante el presente año seis personas mayores fueron despojadas de sus viviendas. Resaltó que recibieron en total 391 denuncias de otra serie de abusos que se dan contra este grupo de hombres y mujeres de avanzada edad.

Llama la atención, según la defensora de la PDH, que los despojadores son personas cercanas a las víctimas, quienes les habían brindado su confianza, y regularmente les hacen firmar una hoja en blanco. Posteriormente realizan una compra-venta, muchas de ellas como no tienen forma de verificar dicha acción,  porque indican que el pago “se realizo en efectivo”, así llevan a cabo el despojo a las personas adultas y una vez hecho esto “es difícil que recuperen su propiedad”, según Mérida.

Desde luego, hay personas inescrupulosas que investigan a las personas mayores, determinan los bienes que poseen y se aprovechan muchas veces de la ignorancia para quitarles la casa donde viven. Aún más triste es lo referido a aquellos casos donde es la propia  familia la que despoja de un bien a quien luchó por tantos años de proveerse de una vivienda digna. Se comenta el caso Dolores Telma López, persona mayor de 75 años de edad, quien dijo que sus seres más queridos la habían echado a la calle, ya que sus propios hijos le hicieron firmar un papel.

La defensora de las personas mayores de la PDH indica que las y los ancianos no deben firmar ningún documento sin la compañía de un familiar, o leer antes de firmar y no realizar ninguna signatura en una hoja en blanco.

Este es  solo uno de los problemas que afrontan muchas personas que pasan de los 70 años, quienes se han quedado sin un sustento a pesar de su edad, y son pocas las que reciben ayuda del Estado, que debería realmente preocuparse por quienes dieron los mejores años de su vida, al ser madres o padres, buenos maestros, o desempeñar funciones que ayudaron a muchas personas.

Al adulto mayor muchas veces se le ve con indiferencia, no se respeta su edad para que puedan viajar en los buses, y son objeto de vejámenes e insultos por quienes prestan el servicio. La realidad es que, muchas veces, quienes los ven de menos, los insultan o no los ayudan, no piensan que llegarán a tener esa edad y querrán que se les tome en consideración.

Redacción

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