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Valorizar las fiestas de navidad

Probablemente alguno cuando llegan estos días de Navidad, puede hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué estamos celebrando, además de gozar…? Y si busca información en la publicidad, los medios de comunicación, Internet…, se encontrará básicamente con una fiesta consumista por excelencia.Valorizar las fiestas de navidad.

El consumo en sí mismo es bueno, la alegría de una celebración también lo es, el poder hacerlo con un grupo de amigos aumenta la amistad. Pero puede no serlo si falta el verdadero sentido de lo que se está viviendo, añadido a veces a la falta de medida. Y es que cuando el exceso de consumo domina sobre los demás aspectos de la vida humana, se corre el peligro de banalizar hasta lo más sagrado; en este caso de olvidar el significado de la Navidad.

Un reciente despacho del Prof. Mario Galera (aceprensa.com dic7) comenta como está sucediendo esto en algunos lugares de Europa con cosas conexas a este sentido de la Navidad, produciéndose este año episodios de polémica. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Bruselas ha preferido no instalar el tradicional árbol de Navidad ni el Belén en la Grand-Place, sino cambiarlos por una instalación de luces, similar a la decoración callejera en algunas ciudades europeas. Frente a las críticas de quienes saben qué celebramos, el Ayuntamiento explica que no se trata de quitar tradiciones populares, sino de ponerlas al día (¿)… También en Estados Unidos encontramos numerosos casos de lo que algunos detectan como “cruzada laicista”. Por ejemplo, en la californiana Santa Mónica, una serie de decisiones judiciales ha desembocado en la prohibición de acoger belenes o signos navideños en los espacios que son propiedad municipal. Se trata de un logro de ciertas organizaciones antirreligiosas que han ido adoptando varias tácticas, en su afán de expulsar los símbolos religiosos del entorno público (Time, 26-11-2012).

«Lega la Navidad acostumbramos frases que hacen referencia a la paz.»

Afortunadamente en nuestras tierras cuando llega la Navidad acostumbramos frases que hacen referencia a la paz, al Niño, a deseos de felicidad. Y con frecuencia hacen referencia a pasarlo bien en unión con la familia. Cosas todas buenas, que forman parte de nuestra  cultura cristiana; incluso lo comparten los no cristianos: realmente son valores universales, fortalecidos en la fe cristiana. Siempre recuerdo aquella ingeniosa valla publicitaria que desea “liz navidad”, haciendo referencia a que el profundo sentido de estos días sólo se captan con la “fe”. Nosotros si sabemos qué estamos  celebrando y ello es un bien para el entorno social, aun para los no creyentes.

Cuidemos de no perder en nuestras familias –donde se transmiten los valores – estos signos de la cultura popular: el Nacimiento, los villancicos, enviar felicitaciones de Navidad con motivos cristianos, las Posadas, la Corona de Adviento, destacar el sentido cristiano del árbol de Navidad … Y coopera la publicidad hecha con el auténtico sentido de la Navidad. Así, además de mantener algo “muy nuestro” colaboramos en la transmisión de los valores culturales que ayudan a la persona a mantener su identidad y una sociedad en paz.