Columnas

Periodismo y redes sociales

La elección de Donald Trump deja claro que el futuro de los medios noticiosos es incierto. La manipulación como la que le imprimieron los medios a la lucha electoral entre Hillary Clinton y Donald Trump, en favor del Partido Demócrata, fue un fracaso. Las grandes cadenas informativas unidas alrededor de Hillary no lograron impedir el triunfo del republicano, un buen caso de análisis y discusión para los estudiantes de comunicación y periodismo: El por qué del fracaso de una poderosa maquinaria destinada a hacer ganar a un candidato.

Renombrados periodistas quedaron en ridículo. La presentadora Patricia Arbulú recriminó al periodista Jorge Ramos su tendenciosa cobertura de la campaña presidencial: “Tú y tu canal tienen una enorme responsabilidad, presentando al candidato republicano como el diablo que venía a llevarnos al infierno”, le dijo al comentarista. Según el profesor Pablo Boczkowski, del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina, las redes sociales jugaron un papel estelar. Cierto que Trump atrajo el voto de clase media blanca con su mensaje antiinmigrante y despertó el rechazo contra la clase política tradicional, pero el factor determinante fue el uso de las redes sociales; es decir, los medios convencionales ya no son tan importantes ni influyentes como antes.

A Hillary Clinton la respaldaron 229 diarios y 131 semanarios, mientras Trump solo recibió el apoyo de 9 diarios y 4 semanarios. En opinión de Boczkowski, la cobertura de los medios cumpliría un papel secundario, ya que serían las redes sociales las que conectarían a los líderes políticos con la ciudadanía.

«Los medios convencionales ya no son tan importantes ni influyentes como antes.»

Si en el pasado Barack Obama fue líder en las redes, tanto en 2008 como en 2012, esta vez, Donald Trump fue rey absoluto en ese campo. “El 4 de noviembre la página de Facebook de Trump acumulaba 11,9 millones de ‘me gusta’ y su cuenta de Twitter contaba con 12,9 millones de seguidores. El número de Clinton fue de 7,8 millones y 10,1 millones. A partir de ese día, Clinton tenía 53 por ciento menos ‘me gusta’ en Facebook y 27 por ciento menos seguidores en Twitter”, escribe Boczkowski. Aunque muchos de esos seguidores se hayan sentido atraídos por la extravagancia del candidato o los escándalos, dice el experto, el mismo 4 de noviembre, “un post sobre un acto de campaña subido a la página de Facebook de Trump 14 horas antes acumulaba 92.000 ‘me gusta’, 40.000 ‘me encanta’, lo habían compartido 29.782 veces,y el video incluido lo habían visto 2.100.000 veces”.

Casi al mismo tiempo, un post en la página de Facebook de Hillary Clinton, también sobre un acto de campaña, tenía 14.000 “me gusta”, 1.300 “me encanta”, lo habían compartido 1,965 veces, y el video incluido había sido visto 218,000 veces. Es decir, que el post de Trump recibió 30 veces más “me encanta” que el de Hillary, lo que marca una gran diferencia de intensidad en la interacción. Estos hechos confirman el enorme potencial de las redes sociales, en detrimento de los medios noticiosos, sobre todo impresos y televisivos.