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El peligro de rodearse de militares para gobernar EE. UU.

Análisis  Presidente Trump tiene ahora a tres elementos del ejército en su gabinete

Hasta ahora, el electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha nominado a tres generales retirados para puestos clave, como asesores directos o secretarios de su gabinete, abriendo serias dudas sobre el poder que tendrán los militares en su administración.

LOS ELEGIDOS

Trump ha elegido al general John Kelly como jefe del Departamento de Seguridad Nacional, al general James Mattis como secretario de Defensa y al teniente general Michael Flynn como Consejero de Seguridad Nacional, un puesto crucial en defensa y política exterior.

Anunció además este jueves su intención de designar como Secretario del Interior a Ryan Zinkem un representante republicano que fue comandante de las fuerzas de operaciones especiales SEAL.

Esto ha llevado a varios observadores a advertir que los militares tendrán un peso atípico en Washington para trazar las políticas de la potencia global, con los riesgos asociados a su formación profesional.

Gordon Adams, profesor emérito de la American University en Washington y coautor de un libro sobre la política exterior estadounidense, ha dicho en una entrevista otorgada a BBC Mundo, que está bastante preocupado, ya que si un presidente latinoamericano o de cualquier otro país hubiera armado esta estructura de gobierno, es probable que los Estados Unidos hubiera señalado que esa era una muy mala decisión.

EXPERIENCIA EN SEGURIDAD

Los defensores de las nominaciones de Trump han destacado la experiencia que esos generales tienen en temas de seguridad, misiones en el extranjero, o grandes conocimientos sobre latinoamérica. El propio Trump ha destacado la trayectoria de los militares que nominó.

En un país como EE. UU., donde, según sondeos, los militares gozan de mayor confianza popular que el Congreso o el presidente, muchos ven con buenos ojos estas nominaciones. «Una de las razones por las cuales usan a las Fuerzas Armadas en EE. UU. para mil cosas (…) es porque saben cómo lograr las cosas», sostiene Stephen Donehoo, un militar estadounidense que sirvió en diferentes lugares, incluida la Casa Blanca, y actualmente trabaja en la consultora privada McLarty Asociados.

Admite, además que, comparados con los políticos, los militares tienden a ser gente que piensa más en blanco y negro, pero descarta que puedan buscar acaparar el poder como ha ocurrido en América Latina u otras partes del mundo. En los Estados Unidos. «siempre hay una cadena de mando en la cual la autoridad civil está encima», señala. «Nunca ha habido un golpe de Estado».

De cualquier modo, si las nominaciones de Kelly y Mattis fueran aprobadas por el Senado (la de Flynn no requiere confirmación), el poder de los militares en Washington alcanzaría niveles extraordinarios. «Como hemos aprendido a lo largo de los años», señaló el senador demócrata Chris Murphy, «mirar los problemas en el mundo principalmente a través de una óptica militar puede ser desastroso».

Sostiene, además, que la inquietud principal «es que cuando toda la gente a tu alrededor son martillos, hay un riesgo de que cada problema se parezca a un clavo». «En relaciones internacionales, los militares piensan diferente que los civiles, y Trump estará rodeado de asesores militares», termina diciendo

Redacción

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