Columnas

La misericordia de Dios en los asilos de ancianos

Por: Luis Roberto García Leiva

Un asilo para ancianos y convalecientes es un lugar para personas que no necesitan permanecer en un hospital, pero que necesitan cuidados especiales de parte de las personas que los atienden y brindan cuidados especiales a las personas que estén brindado este tipo de cuidado. La mayoría de estos centros cuentan con personal de enfermería capacitada disponible las 24 horas del día. Algunos asilos están equipados como un hospital.

En esta época de fin de año, visité un Asilo de Ancianos que lleva el nombre de San José ubicado en el Condado El Naranjo y donde las monjas atienden a las personas que llegan a este lugar y junto con un grupo de voluntarios, brindan atención con mucha dedicación a las personas que necesitan de un lugar donde puedan ser tratados con cuidados especiales y sobre todo con mucho amor que solo las personas que saben ser misericordiosos bridan su tiempo para darles un aliento de compañía a estas personas que la necesitan. La misericordia es la disposición a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas. Se manifiesta en amabilidad, asistencia al necesitado, especialmente en el perdón y la reconciliación, una de las palabras que más se menciona en la biblia que debemos tenernos unos a otros para tener un mundo mejor y sobre todo esa misericordia que el creador nos pide hacia los demás y que hoy en día no existe.

Hoy en día el compadecerse de los demás como que nadie quiere saber nada de esta temática y la gente da la espalda a todos y no se preocupa por nada de esto y nadie absolutamente nadie quiere saber de este temática y cuando se habla de preocuparse principalmente de las personas ancianas, solo muy pocas personas atienden el llamado a atender a esta población que vive en los asilos y que sus propias familias a algunos lo dejan abandonados. El verdadero nacimiento del Niño Jesús, debe estar en nuestros corazones aprender a tener misericordia de los demás es un gran reto, aplaudo las acciones que las monjas y voluntarios realizan en el Hogar San José, que es admirable y todas las buena acciones que se hacen a favor de brindarle un poco de amor a los demás.

El Coro Voces de Luz y Expresión del Silencio, dirigido por el Profesor Francisco Morales Silva e integrado por niños con discapacidad visual y auditiva que brindaron con sus melodiosas voces un buen momento para recordar que todos los seres humanos somos capaces de tener misericordia y ayudar a los demás en una sociedad donde se torna más fría cada día.

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