Pulso Económico

¿Camina la globalización hacia su fin?, según Theodore Levitt

Economía  Ni el capital ni el trabajo, se podrán mover de un país a otro, lo que es el pilar

Theodore LevittLa globalización empezó oficialmente en mayo de 1983, cuando la revista Harvard Business Review publicaba un artículo de su director, Theodore Levitt, titulado “La Globalización de los Mercados”, término que se utilizaba mucho en economía y demás ciencias sociales, pero, con ese artículo, se convirtió en un cliché.

Ahora, a falta de menos de un mes para que Donald Trump se mude a la Casa Blanca y de 100 días para que Gran Bretaña inicie las negociaciones para salir de la UE, ¿se está acabando la globalización? El máximo asesor político de Donald Trump, Steve Bannon, ha declarado que la llegada del nuevo presidente a la Casa Blanca “es un movimiento tan excitante como los años 30”. En términos economìcos, esto significa que los proyectos industriales serían financiados con un endeudamiento masivo del Estado. Es un cierre al comercio, a la migración y a la inversión internacional. Ni el capital ni el trabajo, que son los dos factores de producción de la economía, se podrán mover de un país a otro, lo que es el pilar de la globalización.

SE HA FRENADO

No es claro que la economía avance a lo que Bannon pregona. Pero sí que la globalización se ha frenado. La Organización Mundial del Comercio (OMC) prevé que los intercambios mundiales solo crezcan un 1,7% este año, y entre un 1,8% y un 3,7% en 2017. Es una cifra muy baja. Pero esa es la tónica desde que terminó la última crisis. Desde entonces, el comercio mundial apenas ha crecido. Es algo llamativo, y más aún porque la mayor parte de los intercambios de mercancías y servicios mundiales son de bienes intermedios. La llamada cadena de suministros mundial, que puede quedar fracturada si Donald Trump cumple sus amenazas de forzar una renegociación del tratado de libre comercio entre EEUU y México, y que va a ser dañada por su decisión de no proponer al Congreso la ratificación del Tratado de Asociacón Transpacifica, acordado entre ese país y otros 11 de Asia, América Latina y Oceanía.

La globalización no va a desaparecer repentinamente, porque la tecnología seguirá avanzando. Pero, sin voluntad política, se va a frenar. Es lo que advierte George Saravelos, el jefe de estrategia de divisas de Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania. “Si la quiebra de Lehman Brothers 2008 fue el detonante del fenómeno, este año se recordará por la aparición de una nueva mega-tendencia: que la globalización ha tocado techo y, probablemente, vaya a empezar a caer”.

CAOS REGULATORIO

El Banco de Pagos Internacionales de Basilea (BIS), el Foro de Estabilidad Financiera (FSB), el FMI, la OMC, y los infinitos G (G-7, G-8, G-10, G-20) han ido tapando el caos regulatorio y la falta de instituciones de la integración de la economía mundial. Pero ahora estamos en lo que uno de los creadores del análisis del riesgo político, Ian Bremmer, llama el G-0.  Cero porque no hay líder. Cada país va por libre.

Esto se podría intermpertar como una reacción a la situación de la economía mundial. La mayor oleada de globalización empezó en 1979. El 3 de mayo de ese año los británicos eligieran a Margaret Thatcher primera ministro. Su eslogan era Labour Doesn’t Work, un juego de palabras que podía traducirse como El laborismo no funciona, y su base giraba alrededor de la idea de que “trabajar duro debe ser recompensado”.

Se puede decir que la idea de Thatcher era vaga, pero, el paso de los años la hizo un dogma. Había que pagar un precio por la estabilidad de precios, y ese precio era paro y salarios más bajos. Y, para lograrlo, hacía falta más competencia, derribar fronteras, acabar con los monopolios, hacer a las empresas eficientes, reducir el Estado, y fomentar el libre movimiento de capital y el trabajo. La gente lo aceptó, y por una razón: no quedaba otra. En 1979, los precios subieron el 13.3% en EEUU, y un 17.2% en Gran Bretaña. Por ahora, el debate sobre globalización sí o no es más un debate entre el campo y la gente mayor contra los jóvenes. Pero, si las ciudades y los jóvenes cambian, entonces si se puede decir que el ciclo ha cambiado.

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