Columnas

Panorama económico para 2017

Para mí el 2016 fue un buen año. No tuve mayores problemas en cuanto a mi salud y no me faltó trabajo, tengo aún muchos proyectos por delante y mis seres queridos están ahí todo el tiempo apoyándome.

Aunque hace un año perdimos a un querido miembro de la familia considero que él sigue vivo entre nosotros porque nos dejó un legado de unión familiar y una actitud positiva y proactiva hacia la vida. En otro orden, a pesar del gobierno que se estrenaba y de un Congreso desastroso, fue un año bueno. El crecimiento económico fue positivo de aproximadamente un 3.3% (la cifra es estimada) aunque es insuficiente en un país pobre como el nuestro y debió haber sido mucho mayor si no hubiera sido por el tortuguismo del gobierno que debió a su aprendizaje y al temor de emitir licencias debido al exceso de regulación e intervención estatal. Para el 2017 no se espera mayor cambio en el crecimiento económico. Posiblemente se crezca en términos reales alrededor del 3.5%. Sigue siendo un crecimiento insuficiente aunque positivo.

Para crecer a tasas mayores es fundamental desregular. Guatemala está llena de regulaciones y no se visualiza una reducción de las mismas sino que cada día los diputados traen a la mesa de discusiones más y novedosos proyectos de leyes que provocarán una mayor desaceleración en nuestra economía. Se viene una Reforma Fiscal. Esta puede ser positiva para el crecimiento económico si se simplifica el sistema tributario y las tasas bajan. Negativa si se complica aún más y suben las tasas. Me temo que lo segundo es lo que está en la mente de algunos funcionarios del gobierno.

El precio del petróleo ha subido y se espera que ya no disminuya a los niveles que tuvimos en el 2016. Si bien, los combustibles y los derivados se incrementarán de precio, la energía eléctrica seguirá baja en el 2017 debido al exceso relativo de oferta sobre su demanda. En cuanto a la violencia homicida, en el 2015 cerramos con una cifra de alrededor de 29.5 homicidios por cada 100 mil habitantes. La tendencia a la baja se demostró con la cifra del 2016 que se espera que este sea 27 homicidios por cada 100 mil habitantes.

La tasa es aún muy elevada pero lo positivo es que la tendencia sigue disminuyendo. Algo bueno está ocurriendo entre las fuerzas de seguridad y el sistema de justicia que están lográndose resultados positivos. Esperemos que en el 2017 bajemos esta cifra en un porcentaje mucho mayor, aunque si logramos que cerremos con menos de 25 por cada 100 mil habitantes habremos avanzado bastante. La inflación en el 2016 cerrará alrededor del 4.7%. Para este año no se espera mayor variación y posiblemente terminemos por encima del 4.5%.

La política del Banco de Guatemala de comprar dólares es monetizante y con eso presionar la inflación hacia el alza. Si bien esos quetzales monetizados por esta razón son recogidos, luego generan un alto costo para el Banco de Guatemala, costo que debería estar pagando el gobierno central todos los años pero no lo hizo durante los cuatro años del gobierno pasado. El tipo de cambio se ha apreciado y creo que lo seguirá haciendo en el 2017 si es que las presiones de algunos exportadores y economistas sobre la Junta Monetaria son dejadas a un lado.