Rugen de nuevo
Rafael Nadal, recuperado tanto física como tenísticamente, le da igual jugar al aire libre, bajo techo, en rápida o en la playa.A pesar de disputarse el partido de octavos del Abierto de Australia ante Gael Monfils con la cubierta de la Rod Laver Arena puesta, el español demostró un increíble estado de forma ante un pegador como Monfils, siempre capaz de lo mejor y de lo peor.
Rafa cerró un marcador favorable de 6-3, 6-3, 4-6 y 6-4, en 2 horas y 55 minutos. Las primeras dos opciones que dispuso el galo fue con un punto de “break” en el primer juego y la rotura en el sexto juego del segundo set para igualar a tres. Desde entonces, nada más hasta la tercera manga, que decantó a su favor con servicios a 224 kilómetros por hora. Allí se vio la mejor versión del francés, que llegó a dominar 2-4 en el cuarto set y a sacar para 3-5. En el octavo juego le fallaron las fuerzas y su adversario dio el paso definitivo hacia la victoria.
Nadal tendrá mañana delante un obstáculo de envergadura en la siguiente ronda. Será Milos Raonic, el cabeza de serie más alto que resta en competición, que eliminó a Roberto Bautista, evitando la presencia segura de un miembro de la “Armada” en las semifinales.
Paso de maestro
Roger Federer demuestra que su intención de volver a los puestos más altos del ranking tras su retorno a las pistas va en serio, alcanzando los cuartos de final del Open de Australia tras una muy trabajada victoria ante Kei Nishikori por 6-7, 6-4, 6-1, 4-6 y 6-3 en tres horas y 23 minutos de juego. Federer se impuso después de remontar un 0-4 en la primera manga al tenista nipón, que debió recibir asistencia médica durante el partido. Es el triunfo número 200 del suizo sobre un “Top ten”. El suizo, de 35 años, ha llegado a este torneo como decimoséptimo cabeza de serie, después de haber estado varios meses de baja por lesión.