¿Por qué corro?
Algunas personas me han preguntado por qué corro, yo mismo me he cuestionado acerca de esto y no fue hasta ahora, después de haber corrido muchos kilómetros, de haber aprendido a disfrutarlo, de hacerlo parte de mi vida y de vencer muchos obstáculos físicos y mentales que voy comprendiendo mis motivos. Corro en primer lugar porque es saludable, me mantiene ocupado, me quita el estrés y me mantiene en movimiento, pero estos son los motivos físicos únicamente, mis razones y mis motivaciones van más allá de lo físico y se internan en lo mental y espiritual, al menos así lo percibo yo.
Corro porque me hace sentir libre, sonriente y feliz, corro porque me permite escapar de mis fantasmas, mis dudas y mis temores, porque con cada zancada voy acercándome a mis objetivos, voy en pos del propósito de mi vida y me voy alejando de la pesadumbre de las sombras que me rodean; corro porque el hacerlo me ha brindado satisfacciones en abundancia y gozo a granel; corro porque he conocido a grandes y buenos amigos, a seres humanos entrañables, apasionados, comprometidos y de buen corazón; corro porque me ayuda a darle sentido a mi vida, me permite disfrutarla, agradecerla y amarla cada día más; corro porque cada paso es una celebración de alegría, un vistazo al futuro y la visión de aquello que está por venir; corro porque la carrera no conoce de colores, ni culturas, ni idiomas, ni religiones, ni riquezas, ni fronteras, ni banderas y nos trata a todos por igual; corro porque me recuerda que puedo hacer posible lo que he considerado imposible; corro porque es la mejor metáfora de la vida que he encontrado: hay que prepararse, trabajar duro, esforzarse y sudar, algunas veces se tropieza y se cae y otras parece un paseo por las nubes, no es fácil alcanzar la meta pero siempre encuentras la recompensa al final; corro porque la carrera es un desafío permanente que está frente a mí, incitándome a nunca claudicar; corro porque los dolores, la fatiga y las lágrimas son pasajeras pero la satisfacción, el gozo y la gloria quedarán para siempre; corro porque cada paso va dejando una huella indeleble en mi espíritu, en las carreteras, en las veredas, en los caminos y en la eternida.