Editoriales

Guatemala en guerra

A pesar de que la atención pública centra sus ojos en las noticias internacionales, que acaparan la atención pública sobre los múltiples conflictos bélicos que se desarrollan en distintas latitudes del mundo, como Alepo, en Siria, diariamente, nuestro país enfrenta el drama de una guerra invisible. Un conflicto que cuesta miles de víctimas mortales al año y que se alimenta vorazmente de la indiferencia cotidiana de los guatemaltecos.

Casi diariamente se registran ataques a pilotos del sistema del transporte colectivo urbano, y recientemente, el fantasma del terror ha cobrado la vida de dos niños, quienes fueron secuestrados y degollados en San Juan Sacatepéquez. Solamente el día de ayer fueron asesinados seis pilotos de taxi.

Resulta difícil imaginar el dolor de todas las familias víctimas de la violencia, en contraposición a la indiferencia colectiva, aderezada con el morbo que acompaña cada escena del crimen. Resulta indignante pensar que a pesar de que diariamente las calles de la ciudad son el escenario de la opereta macabra que tiñe de sangre el asfalto, como consecuencia de las acciones de grupos al margen de la ley que operan con total impunidad, no obstante, los esfuerzos de las fuerzas de seguridad por frenar su accionar.

Recientemente, se conmemoró en el Palacio Nacional de Cultura, en un acto público, el vigésimo aniversario de la firma de los acuerdos de Paz firme y duradera, suscrito entre la comandancia de la antigua insurgencia y el Estado Guatemalteco. Sin embargo, los hechos demuestran que si bien el conflicto armado interno ideológico, finalizó de manera formal, hoy por hoy existe un conflicto armado interno de carácter económico social, donde unos pocos, hacen de este paraíso un infierno.

Redacción

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