Columnas

Acciones de un líder

Liderazgo. ¿Quién no ha escuchado sobre él? ¿Quién no ha hablado de él? Estoy consciente que del liderazgo se ha hablado más de lo que pudiéramos tener registro en nuestra memoria y desde aquellos que pudieran considerarse neófitos en este tema hasta aquellos que han recibido el título de “gurús” sobre el asunto, todos (y me refiero a todos) deberíamos reconocer que es mucho más sencillo hablar de él que vivir actuando con todas las implicaciones que nos han hecho creer que conlleva ser líder. Al líder se le han encomendado más responsabilidades que las que realmente considero pueden llegar a tener, pero, todas estas implicaciones imposibles de cumplir en su totalidad me hacen pensar justamente que estamos conscientes que el liderazgo se trata de gente imperfecta que sabe en el fondo que son justamente estas imperfecciones las que le harán un mejor líder.

El liderazgo al final de cuenta se trata de virtudes traducidas en acciones. Las virtudes justamente tienen esa dificultad: deben ser visibles para que las podamos asignar y son visibles cuando las transformamos en acciones que otros puedan evidenciar que estamos viviendo. De eso se trata este contenido: de identificar acciones que pueden ser de beneficio en nuestro propio desarrollo imperfecto de liderazgo. Posiblemente he hecho mucho énfasis en esa palabra: “imperfección”, pues quiero resolver las cargas que por momentos todos hemos llevado de creer que el líder es una persona imperfecta que debe ser de ejemplo siempre y en todo momento a los demás mostrando ser impecable en todo lo que hace. El liderazgo, considero, es esa batalla continua por avanzar en la búsqueda de ser útil para otros y, en esa búsqueda, nos ocupamos de realizar acciones que nos permitan conseguirlo. De tal forma que me daré a la tarea de compartir nueve acciones, que según las he ido llevando a la práctica, me han ayudado en este empedrado camino. Dichas acciones son las siguientes:

Desarrollar el potencial de los demás.

Cultivar una sana autoestima.

Capacitar y aprender a delegar.

Retroalimentar al equipo en su desempeño.

Desarrollar empatía.

Controlar las emociones.

Ayudarlos a triunfar.

Hacer que la gente sepa que puede contar con nosotros.

Ser nosotros mismos.

En las próximas semanas estaré compartiendo las ideas y acciones en sí mismas que tengo en relación a cada uno de estos temas y cómo ellas se convierten en piezas importantes de un rompecabezas que va formando nuestro propio estilo de liderazgo. Así que le espero por acá.