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Motiv-acción

Existe una diferencia muy grande entre querer hacer algo y lograr hacerlo. Esta diferencia radica en la ACCIÓN. Este pequeño pero importante detalle que distingue a los pensadores, de los hacedores. Sin embargo, en esta oportunidad quiero recalcar en el aspecto, que a mi criterio, convierte los deseos en acciones: ¡La motivación! La mayoría de personas cuenta sus sueños, sus anhelos, y muchos ni siquiera están conscientes de ellos.

Muy pocos trabajan por ellos y menos aún los alcanzan. Esto se debe a que las personas necesitamos consciente o inconscientemente un motivo para hacer todo lo que hacemos, desde nuestras actividades cotidianas hasta las más grandes metas en nuestra vida. El problema radica cuando la motivación no es la correcta, o cuando se pierde en el camino.

Por ejemplo: Si nuestra motivación es el dinero, pasaremos la vida pasando por alto el resto de cosas que pueden hacernos felices tratando de conseguir algo que al final no nos dará felicidad. Si la motivación es una persona y perdemos a esta persona, perderemos entonces  el rumbo de lo que originalmente queríamos y dejaremos de luchar por alguien aún más importante: nosotros mismos.

Todos en algún momento de nuestra vida hemos perdido o perderemos ese ímpetu de ir tras lo que queremos, si es que lo tenemos claro. La diferencia radica en las veces que nos atrevamos a levantarnos de ese lecho de desánimo, recuperar la motivación perdida y recordar que hagamos lo que hagamos y sin importar lo que sea que persigamos, sea algo que anhelemos de corazón.

Tener una motivación errónea para lograr lo que sea que deseemos, no nos llevará necesariamente a no lograr aquello que deseamos, sino a lograrlo pasajeramente y a perderlo o a no sentir satisfacción al alcanzarlo. Por ello, es recomendable poner en práctica la pausa en nuestras vidas, para reflexionar un momento sobre que estamos haciendo por alcanzar aquello que alguna vez deseamos.

Pausar para reflexionar sobre lo que estamos haciendo hoy y si nos acerca un poco, mucho o nada hacia donde queremos estar no sólo mañana sino en los próximos 5 o 10 años. Lucha por ti, por lo que quieres lograr, y si aún no has definido que es, redefine tus metas, encuentra tu motivación, y utilízala como motor para la Acción. Pero sobre todo: traza una ruta: “Quien no sabe a dónde va, cualquier camino lo lleva”. Y no prestes atención  los obstáculos que puedas encontrar en el camino, si fijas la mirada en ellos, perderás la mirada del objetivo.

Utiliza cada circunstancia buena o mala como un peldaño más hacia la meta. “…Pensaron que con sus balas nos callarían para siempre, pero fracasaron. De ese silencio surgieron miles de voces, los terroristas pensaron que cambiarían mis objetivos y detendrían mis ambiciones pero nada ha cambiado en mi vida, excepto esto: la debilidad, el miedo, la desesperanza murieron para siempre, nacieron la fuerza, el poder y el coraje”. – Malala Yusafzai.