Columnas

Vida Independiente

Todos deseamos disfrutar una vida plena en la que podamos tomar decisiones, alcanzar objetivos, equivocarnos y asumir las consecuencias, planificar y participar en todo lo que deseemos; tener una vida independiente, de la cual nos sintamos orgullosos, pero con los pies puestos en la tierra porque necesitaremos del apoyo de nuestros semejantes en más de una ocasión.

El estilo de vida independiente que yo disfrutaba se vio truncado por la deficiencia visual que ahora padezco y que me llevó a buscar los apoyos y las herramientas que más tarde me ayudarían a retomar el rumbo de la independencia, aunque en esta nueva etapa la soberanía que ostentaba antes de quedar completamente ciego volvería a mi vida totalmente transformada.

Al principio no tenía idea de qué hacer y muchas veces pensé que mi destino sería depender de otras personas, no solamente para mantenerme económicamente sino también para hacer las cosas simples y cotidianas. Tuve que tomar decisiones y accionar para encauzarme en la senda que hoy transito;lo primero fue rehabilitarme para tomar las riendas de mi vida, después todo fue un efecto dominó y hoy puedo decir que soy libre y soberano pero cuento con una mano, de familiares y amigos, quienes me ayudan a hacer todo aquello que no puedo hacer solo.

Aunque todo esto es más profundo y más complejo pretendo con mi testimonio dar a entender que nosotros, las personas con discapacidad, anhelamos esa libertad de acción con la que todos soñamos, pero para gozar de ella necesitamos cambios en nuestro entorno y en la sociedad de manera que podamos contar con los ajustes, adaptaciones, accesos, tecnologías, instrumentos y los equipos que nos permitan estudiar, aprender, desplazarnos, correr, nadar, participar, expresarnos y fundar una familia; no pedimos privilegios, exenciones, caridad ni queremos inspirar lástima, solo queremos equidad, consideración, solidaridad, empatía y comprensión; ya no queremos que nos llamen discapacitados, diferentes, especiales, inválidos y mucho menos minusválidos, queremos ser tratados como personas. Este es el espíritu y la esencia de la “Iniciativa de ley para personas con discapacidad” conocida como la iniciativa 5125.