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Odebrecht, el tsunami

El escándalo de la empresa Odebrecht da escalofríos. ¿Qué credibilidad puede tenerse en el sistema político, después de que ministros, secretarios, presidentes, diputados y sus esposas e hijos, aparecen como beneficiarios de millonarios sobornos? ¿Cómo seguir creyendo en el sistema, en su sistema electoral y en sus partidos políticos? Este caso se suma a las denuncias de los papeles de Panamá y a la corrupción globalizada de la FIFA y casi todos los presidentes de las federaciones de futbol en todos los continentes. Del caso Odebrecht hay investigaciones abiertas en Panamá, incluyendo a los hijos del expresidente Martinelli, por sobornos.

«Funcionarios de Odebrecht reconocieron que sobornaron con 18 millones de dólares a funcionarios y políticos de Guatemala.»

El expresidente de Perú, Ollanta Humala y su esposa son acusados de haber recibido 22 millones de dólares. Un juez peruano acaba de dictar una orden de detención nacional e internacional contra el expresidente Alejandro Toledo y su esposa por haber recibido un soborno de 20 millones. Se investiga a los presidentes de Colombia y Panamá. En Brasil se habla de dos centenares de parlamentarios y gobernantes que habrían recibido sobornos, incluso, miembros de las cúpulas actuales de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Un ejecutivo de la empresa que confiesa los sobornos ha dicho que cerca de 788 millones de dólares fueron repartidos en sobornos para obtener contratos en más de 100 proyectos en 12 países, entre ellos Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Venezuela y Perú.

Marcelo Odebrecht, quien presidió el grupo empresarial, aceptó colaborar con las investigaciones judiciales, confesando que un total de 77 dirigentes del conglomerado, prestó más de 900 testimonios, provocando un terremoto entre políticos brasileños y de toda América Latina. En Guatemala, según el diario de sesiones del Congreso, la aprobación del crédito que condicionó la contratación de  Odebrecht, se efectuó en una sesión permanente que se inició el 7 de agosto del 2012 y concluyó el 11 de octubre, justo el día en que se avalaron cuatro préstamos que sumaban 569.5 millones Q4 mil  271.3 millones, incluido el de Odebrecht por 399 millones Q2 mil 992.5 millones El día de la votación, la bancada del partido Líder denunció pagos de 250 mil quetzales para aprobar el préstamo de urgencia nacional.

Funcionarios de Odebrecht reconocieron que sobornaron con 18 millones de dólares  Q135 millones a funcionarios y políticos de Guatemala. La empresa fue contratada para la ampliación a cuatro carriles de la carretera de Cocales, Escuintla hacia Tecún Umán, San Marcos, por la que cobraría 399 millones Q2 mil 992.5 millones “Q250 mil recibirá cada uno… ¡Viva la fiesta! ¡Hagamos carnaval de lo que hoy se convertirá en una desgracia!”, gritó Roberto Villate, jefe de la bancada, al rechazar la moción. Con excepción de Encuentro por Guatemala, 107 diputados de los diferentes partidos políticos votaron en favor del contrato, incluido uno de la URNG y otro de Winaq. La justicia tiene un señor caso.