Fábrica de rumores: psicosis mediática
Las redes sociales han representado grandes avances, pero al mismo tiempo acarrean peligros. En el 2015 jugaron un papel relevante en la caída de un gobierno. Con el tiempo se ha demostrado que las razones fueron justificadas, poniendo en evidencia la corrupción en su grado extremo, pero apenas como la punta del iceberg. Aunque la corrupción y las malas prácticas continúan y las demandas sociales no se han cumplido, esas mismas redes sociales son utilizadas para frenar los cambios y revertir el proceso.
«Es necesario que la población tenga objetividad en el tratamiento de las noticias .»
El peligro es tal que exacerban los ánimos y polarizan a la sociedad, creando incertidumbre y temor, casi una psicosis. Las redes sociales son temas de análisis, sino también de cine. En The Black List (La lista negra), se habla de una forma de influir en la sociedad a través de información calculada, denominándola “fábrica de rumores”. En un capítulo de la serie se contrata a una agencia secreta que aprovecha la ansiedad del público, especialmente cuando está condicionado por el temor, para provocar estados de pánico, adormecer o cambiar expectativas, empleando las redes sociales en forma masiva y estableciendo campañas de desinformación altamente coordinadas. Su fin específico es desarrollar la desinformación para crear eventos artificiales como si fueran reales.
Con ese fin, se emplean miles de cuentas falsas, se crean ataques para desviar la atención de algo fundamental que está ocurriendo, lo que provoca respuestas condicionadas. Carlos Santa María, experto colombiano, revela que con Donald Trump se hicieron y continúan manipulando informaciones para desacreditar sus acciones. Ejemplo de esta fábrica es la reciente noticia, según la cual el decreto migratorio de Donald Trump había causado la muerte de la madre de un estadounidense de origen iraquí, Mike Hager. Al investigar la fuente, se ha descubierto que el rumor era falso: el deceso no ocurrió después de que entrara en vigor la orden ejecutiva del presidente, sino antes, el 22 de enero, y debido a una grave enfermedad.
En la jerga de Internet estas agencias se conocen como troles. En Guatemala se han instalado los llamados call centers, contratados por empresas, grupos políticos o asociaciones de presión, con el fin de proveer contenidos ideológicos y explotar las redes sociales con su propia versión de los hechos. Según Santa María, estas oficinas cumplen el rol de revisar columnas, propaganda, noticias, informaciones, las favorables al neoliberalismo extremo y las desfavorables, con el fin de apoyar a las primeras y destruir a las segundas.
Se especializan en desprestigiar a dirigentes sociales y movimientos progresistas, crear informes falsos, aventureros, orientados a crear tendencias proclives a sus causas. Intentan destruir opiniones y los comentarios honestos sobre determinados temas. Es necesario que la población tenga objetividad en el tratamiento de las noticias y comentarios en las redes sociales, para no caer en trampas y colocarse contra sus propios intereses, necesidades, aspiraciones y derechos.