Los gobiernos no deben

No podemos legislar a favor de la libertad de los pobres sacrificando la libertad de los ricos. El que una persona reciba algo sin haberlo logrado por medio de su trabajo, implica que otra persona haya tenido que trabajar sin recibir nada a cambio. Tenemos que entender y aceptar que los gobiernos no pueden dar nada que no hayan obtenido quitando algo a alguien.

Cuando la mitad de las personas “compran” la idea que no tienen que trabajar porque la otra mitad se los va a proveer, la otra mitad percibe (acertadamente) que no vale la pena trabajar porque alguien se los va a quitar. Queridos amigos, esto es casi el fin de una nación. Uno no puede multiplicar la riqueza dividiéndola. Este pensamiento, del Dr.

Adrian Rogers (1931 -2005) y la cita de Margaret Thatcher que reza:  el socialismo no procede del pueblo… es una doctrina de intelectuales que tuvieron la arrogancia de creer que podían planificar mejor la vida de todos; son, en mi opinión, dos enunciados que hacen que no podamos creer en los ofrecimientos que los políticos hacen. En esta época de tanto intervencionismo estatal debemos aprovechar para reflexionar sobre lo escrito en el primer párrafo y dedicar parte de nuestro tiempo a promover dichas ideas.

En lo personal soy una firme creyente que el mejor sistema para lograr el progreso de un pueblo es el sistema de “libre competencia”… es a propósito que le llamo así en vez de sistema capitalista para evitar que dicho sistema se asocie con un sistema de “capital frío”…  el sistema de libre competencia es el sistema que permite que sea el que “mejor sirve” al consumidor el que verdaderamente prevalece y esto, por supuesto, da cabida a la óptima eficiencia.

Es importante, sin embargo, recordar que la “solidaridad” es siempre necesaria… una sociedad que no se preocupa de su prójimo no es una sociedad verdadera. Homero decía que la labor es más llevadera cuando muchos comparten la fatiga… No obstante, debemos recordar que primero tenemos que ser solidarios con nuestro propio esfuerzo y, luego, podremos serlo con los demás.

Recuerdo haber escuchado una definición de solidaridad que le atribuyen a Ortega y Gasset (vale decir que no he podido encontrar si es verdaderamente algo que él dijo): la solidaridad es convertir el poder en servicio.

Estoy consciente que este artículo no necesariamente sigue un proceso coherente en su configuración pero creo que la serie de pensamientos que he escrito pueden servir para que nos convenzamos de las siguientes tres cosas: (1) el gobierno no solo no produce nada (lo que tiene es algo que ha quitado a alguien) y ciertamente es el peor administrador de nuestros recursos, (2) es el sistema de libre competencia el sistema que produce con la máxima eficiencia a favor de la población y, finalmente, (3) el socialismo no funciona por mucho que sus “promotores” ofrezcan que la “nacionalización” de las empresas es una solución que ayuda al pueblo… las únicas personas que ayudamos a los pueblos somos las personas que producimos… somos las personas que generamos riqueza. Los únicos que defienden el concepto de redistribución de la riqueza son los holgazanes que no quieren trabajar.