Estrategia para México hoy

Tuvimos una reunión con uno más de nuestros clientes. Un empresario valiente y trabajador preocupado por la situación que estamos viviendo. Tratamos varios temas sobre el entorno: la preocupación del impacto del Gobierno de Donald Trump, el deficiente y corrupto gobierno de nuestro México, la situación del comercio mundial, etcétera.

Todo esto le hacía dudar si convenía crecer este año. En tiempos de crisis es crucial aprovechar todas las oportunidades de crecimiento que tengamos a nuestro alcance. Su grupo tenía ya planeado un proyecto de crecimiento para el año 2017. Después de analizarlo a fondo llegamos a la conclusión de que lo más conveniente ahora es maximizar el ritmo de crecimiento. Vimos cada uno de los negocios y mercados.

En uno hay que hacer algunos cambios para detonar la velocidad de crecimiento. Estudiamos la estructura humana y decidimos que es crucial hacer un par de contrataciones clave para sustentar un mayor ritmo de crecimiento. Decidimos crear un comité para vigilar de cerca la estrategia de multiplicación que hemos diseñado. Le ofrecí estar aún más cerca de él y de su grupo para monitorear los avances del plan, estudiar juntos los sucesos externos y tomar decisiones estratégicas.

Vimos estrategias muy relevantes que hay que aprovechar.  Llegamos a la conclusión de maximizar el ritmo de crecimiento de sus negocios a través de una serie de medidas pertinentes. Después de terminada la reunión, este hombre me hizo una pregunta complicada. Me dijo: Carlos, ¿qué le recomendarías hacer a nuestro presidente en este momento? Me puso a pensar, pero me atreví a contestarle que no serían cosas muy distintas de las que le había dicho a él. Le diría que buscara cómo maximizar el crecimiento de nuestra economía por todos los mediosa su alcance. Obviamente me cuestionó, ¿y cómo podría ser eso?

Básicamente le contesté: Trump está tratando de revertir un fenómeno irreversible, la globalización. Eso no lo decidió ni Obama, ni Bush (padre o hijo), ni Clinton, ni Carter, ni ningún político en el mundo. La globalización es un proceso natural que proviene de las fuerzas de los mercados mundiales. La producción de bienes en el mundo se ha ido adonde más conviene producirlos. México es el lugar donde más le conviene al mercado americano producir automóviles, autopartes, productos y componentes electrónicos, componentes para la industria aeroespacial, instrumentos de óptica y médicos, manufacturas plásticas y muchas cosas más. Si ya tenemos vocación para producir y exportar esas cosas, pues hay que analizar una a una y desarrollar una estrategia para que convenga aún más producirlas aquí: más facilidades para quien monte planteles; menores impuestos durante unos años, para que se queden y vengan aquí; más impulso a la educación de profesionales que esas exportaciones requieran; mayor simplificación administrativa para exportar; mejoras en nuestro sistema logístico (puertos, aeropuertos, carreteras, apoyo a transportistas, etcétera).

También creo que podemos hacer mucho para dificultar y retrasar la implementación de las decisiones (caprichos insensatos) del Presidente Trump. Podemos hacer lobbying, construir alianzas con otros países y con sectores interesados en los Estados Unidos, fortalecer nuestras negociaciones internacionales, etcétera.

Mientras tanto también podemos diversificar nuestros mercados e impulsar la exportaciones a otras partes del mundo, así como promover mejor el sector turismo en los países donde podemos atraer al turista. Sé que hace muchos años, desde la presidencia de Miguel de la Madrid, elegimos el camino de la apertura económica y el comercio exterior. En el mundo actual podemos ratificar que fue un buen camino. Creo que sigue siendo válido y que por un presidente poco juicioso de nuestro vecino del norte no debemos ahora ponernos a reinventar el hilo negro. En pocas palabras, tenemos vocación y capacidad para exportar, lo hemos demostrado. Fortalezcamos y defendamos esa estrategia y crezcamos por ese camino.