Manipulados y ofendidos
En medio del drama del incendio en el que murieron 40 jóvenes guatemaltecas, abandonadas a su suerte por el Estado y sus propios familiares (nadie había preguntado por tres de ellas, según el Inacif), se hizo viral la hoja de vida de quien podría ser el nuevo embajador norteamericano en Guatemala. No hay confirmación oficial, pero según lo difundido, se trataría de un exitoso banquero norteamericano con amplio conocimiento de Latinoamérica, Leon H. Reinhart, quien en 2002 se vinculó de cerca a Guatemala al fundar la Maya Relief Foundation, una fundación privada que desarrolla proyectos de autosostenibilidad para familias indígenas.
Entre otros aspectos destacables de Reinhart, están las relaciones de trabajo y personales con la comunidad empresarial de Guatemala. Fundador de un proyecto de impacto social para las familias afectadas por la pobreza con créditos (de 2012 a la fecha), para la sustitución de leña por estufas y el uso de filtros de agua. Empero, habría todavía un largo camino por recorrer, de confirmarse el nombramiento de Reinhart, antes de verlo instalado en la avenida La Reforma. Pero, quien quiera que sustituya a Todd Robinson, se esperará de él más prudencia y respeto para nuestra ajetreada nación.
Las relaciones con Estados Unidos parecen destinadas a cambiar. Atrás podrá quedar el impulsivo activismo afroamericano, inspirado en Saúl Alensky, cuya obra sirvió para la tesis de licenciatura de Hillary Clinton y cuya doctrina de resentimiento enseñaba en la universidad Barack Obama. Lo que los unió con el roñoso especulador húngaro George Soros, beneficiario siempre de las crisis que impulsa. Es interesante, en todo caso, acercarse al pensamiento de Alensky. Este es un resumen de sus 11 Reglas para radicales que sedujeron a Obama, la señora Clinton y a Soros:
1: El Poder no es solo lo que tienes, sino lo que tus oponentes creen que tienes. 2: Nunca vayas más allá de la experiencia de tu gente. 3: Siempre que sea posible, ve más allá de la experiencia de tu oponente. Así le causarás confusión, temor y repliegue. 4: Provoca que tus oponentes no vivan a la altura de su propio libro de reglas. 5: El ridículo es la más potente arma del hombre. 6: Una buena táctica es aquella que divierte a tu propia gente. 7: Una táctica que se alarga demasiado, se convierte en una lata. 8: Mantén la presión. Usa diferentes tácticas y acciones y usa los sucesos del periodo en tu provecho. 9: La amenaza es más terrorífica que el hecho en sí. 10: El precio de un ataque exitoso es disponer de una alternativa constructiva. 11: Escoge el objetivo, congélalo, personalízalo, polarízalo. Ignora los intentos de desplazar o dispersar la responsabilidad.
Según Alisnky, un activista debe empezar por superar las sospechas y ganarse la credibilidad. Después, debe empezar con las tareas de agitación: restregar los resentimientos, airear las hostilidades y buscar las controversias. Para “quemar el sistema”.