Editoriales

Nueva generación de sancarlistas se manifiesta

Durante los últimos años, muchos estudiantes en la Universidad de San Carlos parecen estar ingresando con nuevas ideas. Pareciera que una nueva generación viene con otras ideas, acordes a la realidad, y esto se ha empezado a notar con que muchos sancarlistas han iniciado a solidarizarse con las causas sociales y, sobre todo, empiezan a erradicarse algunas malas prácticas que se realizan en el alma mater. Recientemente, los estudiantes del Centro Universitario Metropolitano (CUM) mostraron su molestia, porque los integrantes del Subhonorable Comité de Huelga de Dolores de la Facultad de Medicina intentaron suspender las clases y querían llevar a cabo la elección del Rey Feo.

En principio se opusieron a ello, porque consideran que ya es tiempo de aprovechar las clases pero, sobre todo, denunciaron que la capucha solo sirve para que “los delincuentes se aprovechen del anonimato”, en lo cual, por cierto, tienen mucha razón, porque a través de los años no ha habido control de quiénes se cubren el rostro y se ha llegado a constatar que muchos de los encapuchados no estudian en esa casa de estudios. Incluso, quienes usan capucha son un peligro no solo para los propios estudiantes universitarios, sino para las personas que caminan libremente en las calles, cuando estos grupos salen del alma mater para ir a recaudar dinero.

Nadie puede asegurar que quienes se cubren el rostro sean verdaderos estudiantes, de allí el peligro de no dar la cara. Lo ideal sería que la capucha quedara ya en el pasado, porque ya no se vive en los ochentas, cuando había persecución contra aquellos estudiantes que verdaderamente luchaban por los intereses de la población y su país. Hoy solo se les rinde homenaje, porque ya no surgieron más. Volviendo al tema del CUM, los estudiantes de Medicina decidieron expulsar a los encapuchados y, en asamblea, los futuros médicos determinaron que no permitirán más la entrada de personas que se cubren los rostros a su Facultad e indicaron que participarán en el próximo desfile bufo 2017, pero sin capuchas. Al paso de los años, el desfile huelguero se ha vuelto en un degenere de la actividad, empezando por el consumo de licor y, al momento del desfile, en la sexta avenida es notorio que algunos ya van en estado etílico. No estamos en contra de las actividades huelgueras sancarlistas, porque son parte de una tradición de muchos años y que grandes profesionales del país formaron parte de ella.

 Pero sí estamos de acuerdo con la generación y participación de nuevos estudiantes, quienes consideren oportuno terminar con el anonimato que utilizan algunos y que, aprovechándose de una capucha, intimidan a los de nuevo ingreso e irrespetan algunas normas de convivencia.

Redacción

Equipo de redacción