Urge el control de centros de menores

Los últimos hechos suscitados en los centros que albergan a menores, que están allí internos por distintas razones, debe ser motivo de atención por parte del Gobierno. Si no se toman las correspondientes medidas de control, es posible que vuelvan a darse hechos violentos como los ocurridos en el centro correccional Etapa 2, ubicado en San José Pinula, el cual dejó como cauda a tres monitores fallecidos. Debe hacerse una revisión de las instalaciones y, si es posible, volver a construir áreas más seguras y, sobre todo, que sean las autoridades las que tengan las llaves o el control de las mismas. No es posible que los internos en la correccional Etapa 2 pudieran echar llave por dentro, y que nadie pudiera ingresar. Esto pone en riesgo a los mismos internos y, sobre todo, que al no tener control las autoridades de las áreas, se pueden suscitar actos violentos, y ello ayuda a que los responsables queden impunes.

Es urgente revisar todas las instalaciones que maneja la Secretaria de Bienestar Social, hay centros en varios departamentos, y si quienes están a cargo no tienen el control, es más fácil hablar de más amotinamientos y pérdida de vidas en el futuro. Los centros correccionales u hogares para menores deben tener planes en los cuales se tenga en actividad u ocupación a los internos. Se debe buscar reinsertar a los jóvenes a la sociedad, con capacitarlos en oficios que les podrán servir al salir de los centros. Desde luego, el problema va más allá, cuando quienes están adentro no respetan y no tienen principios, y su forma de protestar es terminar con la vida de otra persona. Quienes siguieron el motín y retención que se dio de los monitores en el correccional de San José Pinula, a través de los medios de comunicación y redes sociales, no vieron con buenos ojos que los internos hayan empezado a atacar a quienes que de una manera u otra eran sus mentores.

Desde luego, se debe trabajar y buscar que los internos no estén hacinados, si ese es el problema, pero debe haber un mecanismo de alerta para atender estos casos por las fuerzas de seguridad y no llegar cuando la vida, en este caso de los monitores, corre peligro. Muchos opinan que se pudo haber evitado la muerte de los tres monitores, si las autoridades no pasan mucho tiempo negociando y toman el control desde que se sabe del motín.

Sin duda, nos deja una reflexión para mejorar los sistemas de seguridad de los centros de menores y, por qué no decirlo, de las cárceles en general, debe ponerse un alto para evitar que se den estos problemas, porque siempre enlutan a los hogares, ya sea de una u otra parte.

Redacción

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