Cantemos La Chalana, liberales y conservadores
Que gran compromiso, me genera todas las semanas, darle continuidad a esta especie de novela ligera o cuento corto. Que con diferentes actores, no pretende otra cosa, que dejar un testimonio histórico de esta etapa de la vida política del país, narrada de manera diferente, en medio de un mundo que trata de instalar el reduccionismo intelectual, de distintas maneras, casi todas impuestas, como formas modernas para facilitar supuestamente la comunicación en un mundo encogido y sobresaturado de información global.

El reto consiste en usar cada vez menos palabras para tratar grandes temas y frente a esa corriente irreversible, uno a uno se va afiliando a la tendencia dominante de poner en el tweet o en el Facebook toda una propuesta en no más de 140 caracteres.
Desde luego nuestra capacidad visual, se cansa y rechaza, todo aquello que ocupe más de tres renglones y armado de valor, se las juega, y coloca su opinión en aquel espacio, que le permite no exponerse a que sea evaluada su ignorancia y mucho menos, si 100 de los 140, los utiliza para insultar o descalificar a quién motivo su respuesta o su ira.
Ejercitar el cerebro, retener información, en síntesis, pensar, ya no es tarea ni aspiración del presente.
Ese trabajo se lo dejamos a google que todo lo sabe y me lo cuenta con solo un dedazo. No importa que lo que trasmita, se me olvide un minuto más tarde.
La victoria del mensaje telegráfico está en lograr el rechazo a la lectura, que no sea por obligación profesional o estudiantil y aún a ese nivel, el copy paste es una práctica usual para robarse las ideas ajenas y mantener nuevo el cerebro. Quizá el consuelo que les queda a quienes no lo usan, sea apelar a que lo nuevo es más caro que lo usado. Allí les dejo un buen pretexto para nunca estrenar el cerebro.
Privilegiar los mensajes cortos, sirve esencialmente para masificar los temas y uniformar la opinión pública.
Como siempre será una nueva arma al servicio de los poderosos.
Nadie sin poder y como parte de la plebe, puede pretender manejar estos instrumentos universales de manipulación, que parte de las grandes cadenas de la información y terminan con el cacique urbano, que puede controlar la tendencia de un call center o de las estaciones alternativas de televisión local.
Esclavos como somos de una economía de subsistencia, el sentirnos individuos en medio de la masa a través de escuchar nuestro nombre en boca de quienes lo leen, como conductores, nos provocan un orgasmo de egocentritis plena que nos permite por un segundo alejarnos de la masa. Pero no más de eso, solo un segundo, para regresar de nuevo, solo que un poco más presumidos, a la eterna condición de plebe.
Los vencedores de la escena en la metrópoli o en la aldea, conste que en esos términos nosotros somos aldea todavía, serán quienes a través de esos trozos de información masiva pueden instalar en la conciencia colectiva una supuesta verdad de los hechos. Propicia para que quienes renuncian a la tarea de pensar. Con ello los otros logran su verdadero propósito: Una manipulación de opinión pública conducida, con objetivos concretos, acompañados de coros concertados que juegan el papel de cajas de resonancia, en los medios masivos y alternativos de comunicación social.
Dominar y conformar una opinión pública enajenada en conceptos y reacciones colectivas, que ovejudamente aceptan o rechazan el tema o la víctima que les interesa destrozar.
A mí me toca un poco, ir en contra de la corriente, haciéndoles sentir la necesidad de profundizar el análisis de las circunstancias, poniendo a su disposición, un poco más de 140 caracteres, a cambio de su valiosa atención, con un abanico de posibilidades que contribuyan a enriquecer su análisis, sin perder su sentido crítico, pero evitando que sean víctimas de la presión de las corrientes colectivas impulsadas a propósito, por quienes teniendo una agenda definida y en marcha, requieren de su respaldo para poder negociar en nombre de la población, la eficacia o fracaso de sus propias políticas con sus patrocinadores, casi siempre, extranjeros.
Y esa situación me fastidia, porque no parte del convencimiento, de la legitimidad de sus propuestas, de la transparencia de sus actos, o de la ausencia de un interés ajeno, sacrificando el interés social y principios que nos atañen íntimamente como guatemaltecos.
Cada quién con su garrote, amenaza o lo utiliza para imponer su voluntad, calificando al contrario, no como su crítico o contraparte. Ni siquiera, como su enemigo, porque llega a tal grado la insolencia del poder sin límites, que quién no está de acuerdo con su planteamiento, se constituye por obra y gracia del poder omnímodo que detenta… En enemigo del pueblo.
Como siempre la sabiduría popular tiene un pensamiento para cada situación y aquí cabe aquel que afirma: Dictador de pueblo sin gente.
Por esa razón, me entusiasmo la idea de escuchar a un Abogado a quién respeto mucho y que en un pequeño salón de servicios múltiples, del edificio donde tiene su clínica el doctor Salazar. Lo puso a disposición de aquel grupo para realizar su reunión.
Mario, más que ginecólogo parece estar contaminado de la enfermedad que hace presa a los políticos de vocación, tan escasos pero necesarios en los núcleos de quienes se dedican a esa actividad en nuestro medio.
Es tal n su compromiso de participación, que es común que pierda pacientes e ingresos, a cambio de integrarse en la discusión de problemas nacionales, desde la perspectiva del ideal, la Justicia Social o el bien común o como se le quiera denominar al bienestar del pueblo.
Y me propuse estar con aquel grupo, que me describieron heterogéneo, pero sensible a la discusión de los problemas nacionales.
Me costó dar con el edificio en la zona 10, y cuando lo logré, el disertante ya había avanzado en el tema que se discutía y que de inmediato deduje se refería a la Constitución y sus apuros.
A veces de manera jocosa pienso que si nuestra Carta Magna fuera un ser biológico, se me imaginaría como una mujer muy linda, estéticamente atractiva, perfecta en sus formas, hecha por sus padres (los constituyentes), con gran amor y con especial esmero y a quién, de repente, se empeñan en hacerle, además en contra de su voluntad, una cirugía plástica. Pero, en lugar de un cirujano, se la quiere practicar un carnicero.
Sabía que la plática la ofrecería un distinguido Abogado de apellido Ibarra hijo de otro ilustre profesional del derecho con igual nombre. Pero con una diferencia ideológica profunda. Don Valerio padre, con sus muy reconocidos méritos académicos, como dirían los estudiantes universitarios cantando La Chalana, sería de los conservadores y su inquieto retoño se definiría y se cultivó entre los liberales.
La referencia me la dio una anécdota que cuentan de su ilustre padre: transcurría la campaña General Arana Osorio, y don Ibarra, como gran gurú de esos tiempos, el General, sintió la necesidad de consultar a don Valerio sobre cuestiones de Estado y programó visitarlo en su residencia. Como anfitrión educado, le pidió a su hijo, que estuviera en casa para saludar al candidato. El joven estudiante, a quién no le apetecía la idea, no llegó a tiempo, afirmó que se le había doblado el pie en el campus universitario… Así se lo dijo a su padre. El candidato se fue sin conocerlo ni estrecharle la mano.
Con el tiempo enrolado en las lides cívicas y políticas, siendo muy joven, formó parte como concejal, en el gobierno municipal de Manuel Colom.
Pero ahora el que llegó tarde y sin pretexto, fui yo. Y lo lamenté. Pero una vez instalado en mi lugar, escuché con la mayor atención.
-Cualquier manifestación de poder, que de manera arbitraria pretenda introducir cambios intempestivos, poco meditados y sin solución de continuidad en un cuerpo constitucional – decía el conferencista – se transforma en un atropello de las normas de convivencia social, calcadas en el pacto social que finalmente aceptamos todos los ciudadanos como definición de nuestras relaciones políticas, sociales, jurídicas y económicas dentro del Estado.
Y ese pacto aceptado escrito y suscrito por los legítimos representantes del pueblo, electos para ese único fin se denomina Constitución Política de la República.
Un pacto social de esa magnitud, logrado por el consenso de una Asamblea Nacional Constituyente, órgano legítimo y reconocido para plasmar los derechos y obligaciones de quienes somos parte del Estado Guatemalteco, tiene un sentido orgánico, un proceso de integralidad que genera coherencia en toda su estructura normativa partiendo de la definición de nuestro Estado, y de acuerdo a esa concepción, los derechos fundamentales de quienes lo habitamos a partir incluso de la concepción y como ciudadanos, en el más amplio sentido del concepto, que en nuestro caso, privilegia al ser humano como principio y fin de su aspiración ordenadora en todos sus contenidos.
La definición de nuestra aceptación como República, soberana frente a otros Estados, su organización, los derechos fundamentales e inviolables de sus ciudadanos, la función de sus órganos para el ejercicio del poder y de aquellos que constituyen el control como contrapeso al eventual abuso, conforman todo un conjunto armonioso, coherente y lógico desde el primero hasta el último de sus artículos por tener una relación de continuidad.
Así se expresaba el Licenciado Ibarra. La conferencia era evidente que trataba sobre Derecho Constitucional. Y desde luego con un tema tan actual y tan candente todos los oyentes atentos a su intervención, simultáneamente hacían apuntes para preguntarle en la primera oportunidad.
Al parecer, la mayoría en el auditorio lo constituían estudiantes universitarios, que no ocultaban su inquietud por iniciar el diálogo y abrir el debate.
Esa fue la razón para que el más atrevido de ellos no esperara a que el disertante concluyera… ya que según me enteré más adelante, don Valerio había invitado a que su plática, como él le llamó, podían interrumpirla en cualquier momento para hacerla dinámica, darle participación a todos y de ser posible abrir una discusión.
Conociendo a don Valerio, pensé, ojalá no se vayan a equivocar los muchachos, pensando que, como defender la constitución en estos tiempos, pareciera tarea sólo de los más conservadores, retrógrados, amigos de la corrupción, cómplices de Estado Fallido, y enemigos de la renovación del sistema de justicia, racistas y aliados de los opresores de los pueblos indígenas, vayan a señalarlo con esas descalificaciones.
Es que es cierto, quienes creen tener el poder total, o la conducción de la estrategia de un poder total, seguramente, de mucho más peso internacional que el pequeño, insignificante y muy desacreditado Estado de Guatemala, señalan con esos insultos a quienes defienden la Constitución.
-Con todo respeto Licenciado, la Constitución no son las tablas de Moisés, escritas en piedra, y no se pueda cambiar- dijo atropelladamente el primer interpelante, provocando al disertante a definir una posición en relación a las reformas propuestas.
-Tiene razón joven-comenzó la respuesta de manera seria y calmada.
Lo que está escrito en piedra a propósito de su comparación, y se lo digo porqué son normas de las llamadas pétreas, y también las contiene nuestra constitución, precisamente porque no se pueden cambiar. Y las que si lo permiten, requieren determinados requisitos fundamentales, que se tienen que observar rigurosamente y es evidente que no se hizo así ni se respetaron las formas.
- Pero si las presentaron los Presidentes de los Organismos del Estado que tienen la facultad para hacerlo y la avalaron diputados que con su firma respaldaron la iniciativa? Replicó el interpelante.
- Mire compañero – respondió el conferencista, todo el proceso ha sido una simulación de legalidad que ha sido rechazado por la mayoría de los sectores sociales, que ven en la insistencia de promover esas reformas, una provocación a la paz social, tan sensible frente a la anarquía que vive el país.
- Sólo le voy a poner un caso. Las llamadas autoridades ancestrales, así como no tienen iniciativa de ley, mucho menos por sí mismas, sin llenar los requisitos que contempla la constitución, facultad para proponer reformas constitucionales, tampoco lo tienen para retirarlas. Que fue el caso del artículo tercero, que después que el congreso rechazó el primero y el segundo de las reformas, insistían en aprobarlo.
- Su retiro fue una maniobra política para bajarle tensión al problema…pero óigalo bien fue una decisión política, ni jurídica ni de eficacia parlamentaria.
- Y si les funcionó esa salida, a los verdaderos promotores de las reformas. Porque en un acto de comprensión para evitar más polarización en la población, cuya necedad nos está aproximando todos los días a la instalación de la anarquía. Donde los delincuentes, comienzan a marcar los límites de la autoridad legítima a través de la violenta imposición de sus propias condiciones al poder ¡ No hay Derecho a semejante desmadre ¡
- Yo coincido con usted licenciado- se pronunció el doctor Salazar, que de anfitrión se incorporó al debate.
- Prácticamente se ha anulado la autoridad presidencial, acorralándolo cada día más casi con el evidente propósito de descabezar al ejecutivo. Y les voy a hacer una comparación que refleja ese objetivo. Recién el jueves un senador estadunidense demócrata, prácticamente emplazó al gobierno de Guatemala a obedecer las directrices que escribió en una nota, seguramente sugerida e impulsada por quienes aquí, creen tener en el sector demócrata de la Unión Americana su principal soporte estratégico.
- Inmediatamente se puso a funcionar todo el aparato concertado para esos fines y a interrogar de manera pronta y obligada, cuál era la posición del Presidente en relación a semejante intromisión, que no se permite el senador demócrata, ni en su propio país.
- Pero días antes, seis, no uno, seis senadores republicanos entre quienes destacaba el señor Ted Cruz, ex candidato presidencial y representante por el estado de Texas. Junto a cinco colegas republicanos de otros estados, exigió con más tino que el demócrata, que el Secretario de Estado, investigara de inmediato el destino que se da a los fondos del Departamento de Estado en el estímulo de actividades desestabilizadoras en diversos países del mundo, atentando en contra de su soberanía y la libertad política de sus sociedades. Situación para ellos inaceptable. Comparando esa actividad con la que usualmente hace con contribuciones millonarias, el conocido magnate señor Soros, cuyos recursos también circulan en nuestro país en apoyo a organizaciones locales que abiertamente apoyan la intervención extranjera sin ningún complejo de culpa- terminó el galeno su intervención.
- Pero nosotros estamos en contra de la corrupción rampante en las estructuras del Estado- afirmó uno de los universitarios presentes.
- No sólo usted, compañero – contestó Ibarra de eso puede estar seguro. – Levanten la mano todos los que estamos en contra de la corrupción- nos retó el conferencista.
- Todos los presentes automáticamente levantamos la mano, en señal de aprobación.
- Tiene razón licenciado – opinó otro estudiante, – aquí se está confundiendo la lucha en contra de la corrupción con el desmantelamiento del Estado – afirmó con seguridad.
- Nos confrontaron en todos los frentes, agudizando las contradicciones sociales y provocando la confrontación política – continuó.
- Equivocaron la estrategia y ahora nuevamente recurren a la amenaza de los actores principales ¡O están de acuerdo…o la Cárcel ¡ …y se siguen equivocando.
- Es un pulso sin triunfador, y que sólo anticipa el desastre – se reiteró en su argumento.
- Es increíble compañeros, se puso de pie otro estudiante: teniendo la tradición de lucha por nuestra independencia patria frente a quienes han querido sojuzgarla, me pregunto con gran pena. Qué pensaría don Lorenzo Montufar, don Rafael Carrera, que fue capaz de destruir la federación centroamericana del l824 para crear la República. Qué pensaría don Pedro Molina Flores y doña Dolores Bedoya de Flores, don José Cecilio del Valle, Miguel Ángel Asturias, Juan José Arévalo, Rafael Landívar, don Miguel García Granados, el propio don Justo Rufino Barrios que murió, tratando de reconstruir la Unión Centroamericana, don Jorge Toriello, Pedro Julio García, Clemente Marroquín Rojas, Gómez Carrillo, José Manuel Arce, Hugo Arce, Chepe Zarco, Atanasio Tzul y su lucha por la independencia. En fin – dijo – con gran tristeza dibujada en el rostro – y perdonen que no mencione a los cientos de héroes y mártires que han luchado por la independencia de nuestro país. Si nosotros no nacimos indignos, y tampoco para rendir pleitesía a ningún país, como colonia. Yo me siento avergonzado, por insultar su memoria, ¡No muchá, nosotros no nacimos con alma de Vasallos¡ ¡Ni para rendirle pleitesía a ningún tirano ni aprendices de tirano, ni nada que se le parezca¡
- Viva Guatemala compañeros, Viva la Libertad, Viva nuestra soberanía Nacional.
- Me di cuenta que eran San Carlistas, porque una manera de honrar a Miguel Ángel Asturias, David Vela, Alfredo del Valle Calvo, José Luis Valcárcel y el maestro José Castañeda, fue lo que vi a continuación: poniéndose de pie, se encaminaron hacia afuera del salón entonando el himno de la San Carlos que en pocas semanas escucharemos en las calles de nuestra ciudad y a cuyos autores me referí.
Recordé con nostalgia y orgullo que yo también soy de los Guisachines de ese lugar. Y en tanto se alejaban alcancé a escuchar intercalado por el coro de: Reíd de los liberales…y…Reíd de los Conservadores: algunas estrofas.
Matasanos practicantes,
- Del emplasto fabricantes, guisachines del lugar, estudiantes, en sonora carcajada prorrumpir. Ja ja
- Nuestro Quetzal espantado, por un ideal que no existe, se puso las de hule al prado, más mudo, pelado y triste
Patria palabra añeja, por los largos explotada. Hoy la patria es una vieja, que está desacreditada,
No vale ni cuatro reales, en este país de traidores, la venden los liberales como los conservadores.
- Matasanos estudiantes…del emplasto fabricantes… guisachines del lugar, compañeros…en sonora carcajada prorrumpir. Ja ja