Maverick sorprendente
Para los que tenían dudas sobre si Maverick Viñales sería capaz de aguantar la presión del favoritismo que le dio su excelente pretemporada, valga como respuesta su carrera de manual en el GP de Qatar, el de la primera victoria de su vida con Yamaha en MotoGP. La segunda de su andadura en la clase reina, la que le convierte en el segundo más joven de la historia en ganar con dos marcas diferentes… y el quinto en conseguirlo en MotoGP.
Sólo Mike Hailwood, con Norton y MV Agusta, lo hizo más joven que él. Y es que con 22 años cumplidos en enero es una diamante, ya no tan bruto, que se estrena al frente de la general de la clase reina, por delante del siempre correoso Dovizioso y el eterno Rossi, sus compañeros de podio.
El inicio de la carrera fue caótico, porque llegó con cuarenta minutos de retraso por culpa de la lluvia intermitente cada vez que los pilotos cumplían con el protocolo para la salida. Eso hizo que Maverick se lo tomara con más calma que de costumbre, tanto como para empezar a pensar que se estaba deshinchando, porque llegó a ocupar la quinta plaza y por momentos parecía que perdía el ritmo del tren de cabeza.
Maverick y Dovizioso se adelantaron hasta siete veces entre ellos, dejando las cosas claras el español en la penúltima vuelta, porque ahí cogió un espacio de 263 milésimas para que el italiano no le abrasara en la recta con su Ducati. En la última ni lo pudo intentar, con lo que firmó su tercer segundo puesto consecutivo en esta pista, ahora a 461 milésimas de SúperMack.