El show de las interpelaciones
Hasta ayer, la interpelación a la ministra de Salud, Lucrecia Hernández, estaba tambaleándose porque miembros de la Comisión de Salud del Congreso, habrían retirado la solicitud, porque muchos diputados que la habían firmado inicialmente se echaron para atrás. Estos procedimientos en muchas ocasiones son más un show de algunos diputados que quieren ganar notoriedad, porque no conocen de muchos temas, y se dejan llevar por sus asesores o personas que les visitan y les dan a conocer supuestas anomalías que tienen algunos funcionarios de varias carteras.
A través del tiempo, quienes ocupan una curul en el Congreso generalmente no tienen un título universitario. Llegan porque o son amigos de los caciques que dirigen los partidos políticos o pagaron para que los pusieran en los listados en las primeras casillas. Desde luego, si la finalidad es interpelar a un ministro, porque hay indicios de corrupción o porque su trabajo no se refleja en resultados, perfecto, pero cuando se hace sin una fundamentación definida, como en el caso de la ministra Lucrecia Hernández, que más pareciera por una molestia de alguien porque no le gustó que ella lo tomara como “un chiste”, como dijo un parlamentario.
Ante la mirada de la sociedad, la ministra Hernández no habrá hecho un trabajo excelente, pero tiene la visión de hacer cambios en dicho ministerio, que a través de los años ha sido corrompido por funcionarios que hicieron pactos colectivos de trabajo sin saber si las arcas nacionales están en capacidad para hacer los pagos correspondientes. Las interpelaciones deben hacerse cuando hay señales de corrupción o malos manejos, y no como antes, que era porque a los diputados no les daban las plazas que pedían o porque no les asignaban las obras para beneficio de sus empresas o en las que tenían familiares o amigos. Los diputados deberían hacer bien su trabajo, para ser un ejemplo, y después pensar en interpelar.
Ayer, varios grupos sociales solicitaron la depuración del Congreso, primero porque empezaron el año colocando iniciativas para proteger a quienes enfrentan procesos, como el caso de las plazas fantasma o enfrentan otro tipo de problemas con la justicia. Los grupos que ayer solicitaron la depuración consideran que esta es posible, primero hicieron un llamado a la ciudadanía para que estén atentos a las sesiones, para que no vuelvan a meter iniciativas que beneficien a los corruptos que están en prisión preventiva. Además, consideran que es urgente cambiar la ley electoral, para que sea la población quien los proponga y no que sean puestos por los tradicionales partidos políticos, donde quienes los dirigen son los culpables en gran parte de la pobreza y todos los males que tiene Guatemala.