Emociones descontroladas

Diariamente somos presas de un buen número de emociones que nos llevan a tomar decisiones. Se ha logrado demostrar que más del 80% de las decisiones que tomamos en la vida tienen que ver con las emociones que experimentamos. Nuestro estado de ánimo y las variantes que logra experimentar en el paso del tiempo hacen que nos veamos fuertemente afectados por nuestro alrededor y, por momentos, lograr un control interno se vuelve complicado. El líder no está exento de verse presa de sus emociones. El manejo de las emociones que experimenta se convierte en uno de los grandes desafíos en las #AccionesDeUnLíder y seguramente usted estará de acuerdo conmigo que no es una tarea sencilla hacer una buena gestión de estas experiencias internas que afectan enormemente nuestro exterior.

Precisamente, con el objetivo de poder avanzar en este desafío me permito compartirle 4 recomendaciones que considero pueden ser de beneficio al aplicarlas en nuestro manejo emocional:

  • Conózcase a usted mismo y sus picos emocionales: todos tenemos “detonantes” particulares que hacen que nuestras emociones nos lleven a acciones poco recomendables. Estos detonantes pueden ser ambientes, momentos del día, circunstancias repetidas, etc. La identificación de estos detonantes se vuelve en algo importante para poder hacer una gestión adecuada, pues podremos predeterminar qué tipo de acciones vamos a realizar y no dejarnos llevar por el impulso que la emoción presenta.
  • Gestionar nuestras emociones: la emoción no es buena ni mala, el gran problema está en lo que llegamos a hacer con ella. Una vez determinada la emoción, se vuelve importante que aprendamos a canalizarla por medio de acciones (palabras o hechos) que asertivamente nos permitan expresar lo que sentimos.
  • Conocer adecuadamente el entorno: examinar nuestros ambientes, conocer a las personas con las que tratamos continuamente y sus reacciones, determinar los propios detonantes de otros es de mucha importancia para hacer un uso adecuado de las emociones. Debemos reconocer no podemos controlar lo que está fuera nuestro, pero si podemos tomar decisiones en cuanto a lo que ellos nos ofrezcan. El cambio no necesariamente debemos enfocarlo en los demás, más bien se trata de hacer un correcto enfoque de lo que tenemos a nuestro alrededor para hacer un buen manejo de nuestras propias acciones.
  • Gestionar nuestro entorno: cuando nos conocemos, conocemos nuestro alrededor y aprendemos a gestionarnos a nosotros mismos nos llevará a gestionar de mejor manera nuestro alrededor. La sana y correcta interacción con otros surge cuando aprendemos a tener una sana y correcta gestión de nosotros mismos.

La vida de manera cotidiana nos expondrá a situaciones donde el manejo emocional será fundamental para librarla correctamente. Mucho del éxito o fracaso que experimentemos vendrá determinado por esa capacidad que tengamos de gestionar correctamente nuestras emociones, así que le animo a que esté más atento a ellas y no deje que le dominen.