Columnas

Teddy, enemigo de la corrupción

Jorge Fontevecchia  (La Justicia fue responsable de la corrupción, Perfil.com 09.04.17) relata que una parte del texto leído por el juez del caso Lava Jato, Sergio Moro, en su última disertación durante su reciente visita a la Argentina, incluyó la cita de un discurso pronunciado por el presidente Theodore Roosevelt, ante al Congreso de los Estados Unidos de América en 1903.  Pese al tiempo desde entonces transcurrido, su contenido sigue vigente: como que se refiere a uno de los problemas más graves que hoy enfrentamos: la corrupción:

“No hay crimen más grave que la corrupción. Otros delitos violan una ley mientras que la corrupción ataca los cimientos de todas las leyes. En nuestra forma de gobierno, toda autoridad reside en el pueblo y es por ellos delegada a quienes los representan en cargos oficiales. No existe delito más grave que el de aquel en quien se ha depositado tan sagrada confianza, que la venda en su propio beneficio y enriquecimiento; y no menos grave es la ofensa del pagador de la coima. Es peor que un ladrón, porque el ladrón roba al individuo, mientras que el agente corrupto saquea a toda una ciudad o estado. Es tan maligno como el asesino porque el asesino solo puede tomar una vida en contra de la ley, mientras que el agente corrupto y la persona que corrompe toman parte de la vida de toda la sociedad. El Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo desaparecería de la faz de la tierra si la corrupción fuera tolerada. Tanto los que se benefician como los que pagan las coimas poseen preeminencia en la infamia.

La exposición y el castigo de la corrupción pública son un honor para una nación, no una desgracia. La vergüenza está en la tolerancia, no en la corrección. No hay otra ciudad o estado, mucho menos la nación, que sea ofendido por la aplicación de la ley. Si falláramos en dar todo lo que tenemos para expulsar la corrupción, no podríamos escapar a nuestra parte de responsabilidad por esa culpa. El primer requisito para el éxito de un gobierno es la aplicación de la ley, sin vacilaciones, y la eliminación de la corrupción”. (Las cursivas indican el párrafo que repitió el Juez Moro durante su disertación,  destaca Fontevecchia).