¡Cuidado con los «madurgones» de Semana Santa!
En la jerga guatemalteca, por «madrugón» se ha llegado a entender el aprovechamiento malicioso por parte del Gobierno y del Congreso de los períodos en los que la ciudadanía se encuentra distraída. Así, las fiestas de fin de año, la Semana Santa, los grandes eventos deportivos son ventanas de oportunidad que se han usado para perpetrar actos de corrupción o aprobar medidas impopulares.
El historial de madrugones es vergonzosamente largo. Por ejemplo, el 28 de marzo de 2013, el Miércoles Santo de ese año, cuando la ciudadanía empezaba a disfrutar del asueto y se desinteresaba de los asuntos públicos, Otto Pérez Molina entregó en usufructo a la empresa Terminal de Contendores Quetzal (TCQ), subsidiaria de la española Terminal de Contenedores de Barcelona, terrenos de la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ). Un madrugón denunciado por la oposición y la prensa, que hoy es uno de los casos más escandalosos de corrupción investigado por el MP y la Cicig, y que ya se ventila de los tribunales de justicia.
El 29 de diciembre de 2013, entre las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, el Congreso de la República aprobó el Decreto No. 19-2013. En estas disposiciones legales se incluyeron, escondidas entre correcciones legítimas a la legislación tributaria, privilegios para empresas (artículo 8), y un mecanismo para «legalizar» la evasión de impuestos (artículo 12) perpetrada por muchos años por las empresas dedicadas a la construcción de viviendas de lujo. Además, se postergó la vigencia de las medidas de control a la manipulación de precios de transferencia, uno de los mecanismos de evasión tributaria usados por las empresas transnacionales y los grupos y conglomerados empresariales.
Al año siguiente, mientras la ciudadanía se encontraba distraída por la Copa Mundial de Fútbol en Brasil (del 12 de junio al 13 de julio de 2014), el Gobierno de Pérez Molina preparaba lo que quizá pudo haber sido el tiro de gracia para la SAT. En este intento de madrugón el Gobierno patriotero intentó contratar la empresa privada argentina Kolektor para que asumiera facultades de recaudación de impuestos en Guatemala. Al final de mayo de 2014 el Gobierno transfirió Q 80 millones a la SAT para la contratación de esta empresa, la cual durante 10 años operaría apropiándose hasta del 30% de los impuestos adicionales que cobrara, los cuales serían cuantiosos porque en los dictámenes que se emitieron las proyecciones de recaudación estaban grotescamente subestimadas, con lo cual Kolektor siempre generaría abultados ingresos «adicionales». Afortunadamente, el escándalo que generó la denuncia pública impidió este madrugón, pese a que Pérez Molina y su pandilla continuaron intentando su fechoría.
Estos pocos ejemplos, de los muchos que existen, justifican la alerta en esta Semana Santa. Así, cabe preguntar, ¿cuál será el madrugón que intentará el Ejecutivo? ¿Alcaldes? ¿El Congreso? ¿Acaso la aprobación de la ley de privilegios para los ganaderos y la mega amnistía para los evasores de impuestos (proyecto de ley número de registro 5246) y las demás propuestas legislativas para la impunidad? ¿Algún contrato espurio con un financista de la campaña electoral a lo Oderbrecht? ¿La remoción de candados al presupuesto de 2017? La lista de posibles blancos es muy larga…
Es imperativo que si se produce un madrugón, éste sea denunciado de forma enérgica, ya que de lo contrario continuarán siendo una forma efectiva de perpetrar actos de corrupción. Una ciudadanía activa exige redoblar esfuerzos para revisar qué ocurre durante los períodos de descanso.
¡No a los madrugones de Semana Santa!