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Trump en víspera de sus 100 días en el poder

En víspera de sus 100 días en el poder, Donald Trump fue ovacionado por los miembros del poderoso grupo de presión de los fabricantes de armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), prometiéndoles estar siempre de su lado.

«Ustedes tienen un verdadero amigo en la Casa Blanca», dijo el mandatario republicano ante una multitud entusiasta, prometiendo «el fin de ocho años de ataques» contra la segunda enmienda de la Constitución. «Ustedes me apoyaron, yo los voy a apoyar», agregó Trump en un discurso pronunciado ante la conferencia anual de la NRA.

Trump se refería a la protección constitucional para la tenencia de armas, cuyo predecesor, Barack Obama, buscó limitar a fin de aumentar los controles en medio de una serie de ataques indiscriminados en el país.

«Como su presidente, nunca atentaré contra el derecho del pueblo a tener y portar armas», dijo Trump a los participantes en el evento, realizado en Atlanta, Georgia (sureste).

Preocupado por consolidar sus bases luego de una serie de reveses propinados por la Justicia y el Congreso, que afectaron considerablemente su imagen desde el comienzo de su mandato, el presidente republicano recuperó el ímpetu de su victoriosa campaña electoral.

El muro en la frontera con México «lo construiremos, no hay ninguna duda», continuará el combate contra «los burócratas de Washington», siempre estará «Estados Unidos primero», reiteró para deleite de la multitud.

«Protegeremos las libertades de los estadounidenses que respeten la ley y atacaremos a las pandillas», sentenció ante los miles de participantes en la 146ª conferencia anual de la NRA, que lo apoyó en su campaña, aportando sumas importantes.

EL RECUERDO DE REAGAN

Ante la multitud, Trump prometió defender la segunda enmienda de la Constitución. Objeto de agrias discusiones sobre su interpretación y actualidad, la misma estipula que «siendo necesaria una milicia bien organizada para asegurar un Estado libre, no se podrá violar el derecho del pueblo de detentar y portar armas».

Si bien ningún congresista hoy favorece la confiscación de armas, los demócratas apoyan una reglamentación más estricta de la venta y los permisos, mientras que los republicanos se oponen a ello.

Pero aunque los candidatos republicanos tradicionalmente se atropellan durante sus campañas a las puertas del influyente lobby, que se enorgullece de su capacidad para pesar en las elecciones, tanto locales como nacionales, la imagen de un presidente en funciones participando ante sus miembros no es común. El último hasta la fecha se remonta a 35 años atrás, con Ronald Reagan.

«La libertad no es un regalo del gobierno, la libertad es un regalo de Dios», afirmó Trump ante la conferencia.

«Estos son tiempos peligrosos», advirtió. «Digo orgullosamente a la NRA, que nunca, jamás, la abandonaré».

«Luego de ocho largos años, tenemos nuevamente un presidente que respeta y ama la libertad individual», tuiteó la organización poco antes del comienzo del discurso. En el evento, Wayne Lapierre, dirigente de la NRA, llamó a apoyar a Trump ante «la intensa guerra emprendida por izquierdistas fanáticos» contra él.

El multimillonario presidente obtuvo el beneplácito del lobby, particularmente luego de la nominación del juez conservador Neil Gorsuch para la Corte Suprema.

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Infografía: AFP

En la noche del sábado, Trump pronunciará un discurso en Harrisburg, Pensilvania, uno de los tres Estados (junto a Michigan y Wisconsin) en los que su victoria fue decisiva para llegar sorpresivamente a la Casa Blanca, gracias -en particular- al apoyo de los millones de miembros de la Asociación Nacional del Rifle.

 

 

Con Información de: AFP

Redacción

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