Editoriales

El escape de la gobernabilidad

Las autoridades policiales persisten en diligenciar varios allanamientos en búsqueda de Marixa Ethelinda Lemus Pérez, alias la Patrona, quien escapó recientemente de la prisión militar de Mariscal Zavala. Mientras las autoridades policiales persistían en la búsqueda de la fugitiva, la Dirección General del Sistema Penitenciario reveló detalles sobre la fuga del reo Wilfredo González Hernández, alias la Bestia, quien luego de ser intervenido quirúrgicamente, escapó de uno sus custodios, vistiendo ropa de hospital tras colocar un narcótico en su bebida, según informaron fuentes oficiales. El reo fugado guardaba prisión en el Centro de Detención Preventiva para Varones de la Zona 18, desde junio de 2016, acusado de los delitos de plagio o secuestro y asociación ilícita.

Como consecuencia de la fuga se produjo la detención de tres elementos del Sistema Peniteniciario, señalados de facilitar el escape al reo en mención. En ambos casos, resulta notoria la tardía reacción de las autoridades, a pesar de los esfuerzos de las mismas, que están enfocadas en recapturar a los fugitivos, cabe cuestionarse, en relación con los protocolos, que siguen las autoridades en prevención de las fugas, como las ocurridas esta semana.

Ante los evidentes fallos en la seguridad, es preciso que el Estado guatemalteco priorice la revisión de los protocolos existentes, destinados a garantizar la seguridad de los centros de privación de libertad sin descuidar la protección ciudadana. Es preciso que las autoridades recapturen de inmediato a los fugitivos y que subsanen las deficiencias en la seguridad, evidenciadas con ambas fugas, a efecto de recobrar por lo me- nos, en mínima medida, la confianza de una ciudadanía desencantada y temerosa.

Mientras las autoridades persisten en la búsqueda de ambos fugitivos, distintas zonas de la capital guatemalteca fueron escenario de varios hechos violentos que culminaron con la muerte de varios guatemaltecos, con varios heridos que trasladados hacia centros asistenciales públicos. Es necesario hacer resaltar la alta necesidad de frenar la impunidad y la violencia que azota al país y que deja diariamente una serie de víctimas mortales y la fragmentación de familias que pierden a sus miembros como consecuencia del desenfreno de la violencia.

Es necesario que la ciudadanía y las autoridades de gobierno tomen conciencia de la importancia, principalmente de atacar las raíces que propician el triángulo de violencia, corrupción e impunidad y que se materializan en una situación caótica que lesiona gravemente la gobernabilidad del país. Es preciso, que a su vez, se combata frontalmente a los agentes de desestabilización que atentan contra la institucionalidad y el orden público, en estricto apego a los derechos humanos, con el pleno respaldo ciudadano, a efecto de lograr eliminar, de una vez por todas, los flagelos que azotan, constante e impunemente a la sociedad guatemalteca.

Redacción

Equipo de redacción