¡Levántate y anda!
Hoy, como en otras ocasiones, tengo la mente y el tiempo ocupados cuestionándome acerca de lo que la vida significa para mí, aunque estoy seguro que no podré responder a esta incógnita en este espacio, así como tampoco creo posible hacerlo solamente con lo que pienso y siento porque para conocer el significado de la vida en toda su plenitud hay que estar dispuesto a vivirla. Lo que sí puedo aseverar es que no venimos al mundo con un manual que nos explique que es la vida, no sabemos cuál es nuestro propósito ni tenemos un procedimiento para sacarle el mayor provecho posible, todo esto es algo que vamos descubriendo día a día, jornada tras jornada, mientras la vivimos.
La vida es el tiempo que transcurre entre el momento en el que nacemos y el instante en el que exhalamos el postrer suspiro, puntos que marcan el inicio y el final, pero cuya importancia palidece ante la relevancia de todo lo que sucede en el medio, lo que hago y dejo de hacer mientras voy aprendiendo, disfrutando, descubriendo y cuestionando.
Estoy seguro que cada uno de nosotros tiene un concepto muy particular de lo que es la vida, noción que está regida por las vivencias y circunstancias que cada uno debe afrontar, lo que hace casi imposible descifrar sus enigmas, que son revelados únicamente aquellos que aceptan los retos que implica el aventurarse a ir a donde nadie más ha llegado y que no se conforman con lo que tienen a su alcance sino que van tras lo que parece imposible, rompiendo paradigmas.
Yo he descubierto la respuesta a algunas interrogantes, sin embargo un instante después de encontrar dicha respuesta la vida pone delante de mí nuevos ángulos e insospechadas facetas cuya existencia desconocía, cambiando las preguntas para que no desista de buscar respuestas, lo que me mantiene vivo, alerta, con sed de conocimiento, con la imaginación activa y motivado a extraerle a la vida toda su esencia, al final eso es lo trascendental, beberse la vida a sorbos, escudriñarla, descubrirla, gozarla y sentirla para que el día final nos podamos despedir de ella sabiendo que no hemos dejado nada incompleto y que cada página se ha llenado con todo lo que llevamos dentro, nuestra alma, nuestro ser.