“Acuerdo de París”
Mucho se ha escrito sobre el Acuerdo de París desde que el gobierno de Donald Trump decidió retirarse del mismo. Al menos, muchas personas ahora se han enterado lo que significa este acuerdo que es más bien político y no tanto lo que pretendía ser, un acuerdo para mejorar el medio ambiente del mundo entero.
Me preocupa el medio ambiente y la contaminación. Soy realista y veo que la mayoría de casos de contaminación se deben a la falta de definición y establecimiento de derechos claros y defendibles de propiedad. Basta con ver que la mayoría de problemas ocurren precisamente donde la propiedad privada es ausente o está poco definida y cuidada, aire, ríos, lagos, mares, calles y carreteras públicas. Hay dos científicos expertos en el tema de medio ambiente que sigo con mucho interés. Uno es Matt Ridley, científico y periodista inglés autor del libro “El Optimista Racional”, sólo para mencionar uno y el otro es Bjørn Lomborg, escritor y autor del libro “En ecologista escéptico” y miembro del “Consenso de Copenhague”.
El profesor Lomborg considera que si existe cambio climático y que éste es causado por el ser humano. Sin embargo, a lo largo de varios artículos y conferencias ha sido crítico de las propuestas políticas y de la manipulación de la información por parte de los gobiernos y científicos que trabajan para los diferentes gobiernos en sus nuevas instituciones dedicadas a combatir el “Cambio Climático”. En una reciente entrevista que le hizo Nick Gillespie de la Revista Reason (Bjorn Lomborg: The U.S. Was Right to Withdraw From the Paris Climate Accord), Lomborg expresó que tanto “el Protocolo de Kyoto como el Acuerdo de París eran terribles para enfrentar el problema del Cambio Climático y que Estados Unidos actuó correctamente para salirse de ese acuerdo. Si estás interesado en proteger el medio ambiente y ayudar a los pobres del mundo, hay formas más baratas y efectivas de alcanzar esas metas”.
Lomborg afirma que el acuerdo de París hubiera alcanzado sólo el 1% de lo que ha prometido para el año 2030. Un impacto insignificante sobre el clima. Además, afirma que es increíblemente costoso. Considera que el costo estaría probablemente entre uno y dos trillones de dólares americanos al año por el resto de este siglo, que vendrían de una disminución en el crecimiento econó- mico medido por el Producto Interno Bruto de cada país que efectivamente aplicara las promesas del acuerdo, para lograr apenas, si es que lo hay, una reducción de 0.3 grados Fahrenheit. En total, el mínimo que se gastaría serían cien trillones para lograr prácticamente ningún beneficio. Es un mal acuerdo.
Lomborg es realista. Considera que estamos equivocando el camino. Hay prioridades en los países pobres como alimentación, agua, aire limpio dentro de los hogares, salud, educación, eliminar la corrupción, etc… y las estamos sustituyendo por el tema climático cuando este es menor prioritario. También es crítico con los fondos que se dedican a estos acuerdos climáticos que son prácticamente un desperdicio de recursos. Considera que estarían mejor invertidos en investigación y desarrollo de nuevas fuentes de energía limpia.
Sin embargo, critica los subsidios a estas energías. Su crítica es que los subsidios hacen gastar más y producen más contaminación en el tema energético que si se desarrollan nuevas fuentes de energía que sean más baratas que el carbón o los combustibles fósiles. Sólo cuando esto ocurra, cuando las fuentes de energía más limpias estés más baratas realmente para toda la población, entonces ocurrirá el cambio.