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Siguiendo el Desarrollo de las Energías Limpias

Las energías llamadas limpias, son aquellas que se producen o generan a partir de fuentes renovables, tales como el agua, el viento, el sol y también el vapor de agua emanado de los volcanes activos. Estas energías se diferencian notablemente de las llamadas no renovables o fósiles, que son minerales depositados como grandes yacimientos de restos de organismos extinguidos hace millones de años  y que hoy se explotan como petróleo y carbón mineral. Como combustibles generadores de energía, estos emiten a la atmosfera gases llamados de invernadero, principalmente dióxido de carbono y oxido nitroso, perjudiciales al entorno ambiental en general.

De varias décadas hasta el día de hoy, las ciencias del clima y los registros históricos relacionados, han comprobado que las emisiones de los gases a partir de la combustión del petróleo y sus derivados, así como del carbón mineral, son causantes de lo que hoy se conoce como el “calentamiento global” por el gradual incremento de las temperaturas ambientales a lo largo y ancho del globo terráqueo. Fenómeno que exacerbado paulatinamente, a lo largo de los últimos 150 años, constituye una amenaza para las grandes formaciones de hielo en los polos norte y sur del planeta, así como los glaciares de las grandes cordilleras montañosas, susceptibles de su degradación por derretimiento pronunciado que produce el ascenso de las aguas oceánicas y consiguientes inundaciones catastróficas.

Asociadamente, el gradual calentamiento del agua en los océanos, es origen de una mayor severidad en la formación de tormentas, lluvias copiosas o sequias pronunciadas en las diferentes regiones del planeta. Conjuntamente, se denomina a estos fenómenos, el”cambio climático” a nivel mundial.

Ante estas amenazas, se ha logrado llegar a consensos entre las más de 190 naciones que a finales al año 2015, concurrieron a las reuniones de Paris (Francia) y que resultaron en compromisos acordados de mutuo, el Acuerdo de Paris. Lo medular del asumido compromiso voluntario de todos los países signatarios, es poner en práctica acciones orientadas a la gradual reducción de los niveles de calentamiento global, de manera de no exceder por lo menos en dos grados Celsius (o centígrados), la temperatura ambiente de magnitudes promediadas y  predeterminadas limites, mediante un esfuerzo mantenido para por lo menos los próximos quince años.

Esto, en tanto se consolida el efecto esperado de la sustitución de los combustibles fósiles por los denominados limpios (porque no generan gases de invernadero). Ello  cuenta hoy mismo con sistemas de seguimiento y verificación, sobre todo por la Agencia Internacional de Energía (IEA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) del grupo G=8 de  países,  que en forma metódica  monitorea el progreso en la implantación y creciente desarrollo de las energías limpias que como hemos mencionado, han tomado impulso para sustituir a las energías “sucias” o fósiles. En próxima entrega, repasaremos este progreso, en el más reciente informe de la IEA.

Otto Rinze de León

Consultor en energía, ambiente y población. A lo largo de su carrera profesional, ha ocupado distintas posiciones de gestión y dirección, en la iniciativa privada, instituciones de gobierno y proyectos de la cooperación internacional. Correo: [email protected]

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