Mirilla indiscreta

Presidente, mándelos al carajo

Cuando las señales promisoriamente daban paso a una distensión de las afiladas navajas que desde el 2015  preparaban las  distintas  tribus políticas,  frente a la debacle acaecida, ilusionados por partir el suculento pastel que les ofrecía el dramático y radical cambio de gobierno. Vuelven las cosas a ponerse difíciles.

Al asecho por saciar las precipitadas ambiciones de una forma u otra. Si se frustraba el corte del pastel y tenían que disputar, por cualquier medio, el supuesto botín de guerra, los afilados instrumentos los alistaron para rajar las barrigas de los enemigos y montarse en la ola del cambio, que para variar, se pararían en el pedestal del  bravío pueblo de Guatemala, que inocente de las habilidosas maquinaciones de los titiriteros, había participado por enésima vez, deslumbrado   y con la ilusión de convertir en certeza, la posibilidad de sacar a sombrerazos del Palacio Nacional a un gobierno que nadando en una enorme y profunda  piscina llena de corrupción, terminó ahogándose en la porquería, en que  se convirtió, su engañoso contenido.  De brillante oro líquido se transformó en  ese pestilente deshecho, producto de sus fechorías.

Incrédulos ellos y agradecido el pueblo, celebró, como los hicieron mudarse de sus ostentosas mansiones a  las apretadas prisiones, que aunque exclusivas, les hicieron morder el polvo del desprecio ciudadano y la terrible muerte civil que no requiere de sentencia judicial.

Aún pendiente del fallo tribunalicio, la vindicta pública, inclemente y despiadada, ya los sentenció, buscando la justa reivindicación a la traición cometida contra la patria.

¿Pero cuál ha sido el producto de aquel aparente y esperanzador parto revolucionario, empujado por el clamor popular?

Algunos piensan que terminó pariendo una criatura rara, que fue alumbrándose por partes. La cabeza fue la primera en aparecer en el desenlace.  Despertando  una importante expectativa.

El resto del cuerpo lucía ajeno a la cabeza, los brazos parecían hijos de otros padres. Por cierto aquellos que habían sido expulsados por ausencia confianza del poder, pero que dejaron como herencia, unos brazos sin dirección pero atentos a levantar el dedo, cuando fuera necesario. Y sufriendo el rechazo de la población, solo prolongaban la agonía del sistema derruido, resistiéndose a morir, sin antes no hacer  fracasar, aquella cara nueva que anunciaba el recién estrenado régimen.

Y siguieron viviendo, no obstante haber sido decapitada su cabeza.

La fiesta cívica que coronó el esfuerzo ciudadano, de manera muy extraña, como consecuencia de decisiones cuestionables, le daba vida a un cuerpo político  sin cabeza, para que siguiera funcionando.

La monstruosa inversión, descubierta después como proveniente de fuentes ilícitas, pudo captar, en los estertores de la muerte, suficientes votos para mantener una consistente presencia en el Organismo Legislativo, y confirmar, de paso, la elección ya realizada del Organismo Judicial.

El Organismo Ejecutivo, sin estructura ni soporte organizacional a nivel nacional, quedó de hecho sujeto a los vaivenes de fuerzas encontradas en los otros dos organismos del Estado, sobre las que no ejercía ningún liderazgo ni respeto.

Un gobierno central sitiado por todos los frentes, adoptando hijos que no eran propios, y que exigían su parte de los bienes.

Ajenos al origen de su elección, muy pronto se resistieron a asumir como su nuevo liderazgo, al Jefe del Ejecutivo.

En esa elucubración más o menos fundada se encontraba Arturo López, un exconstituyente que frente a la amenaza de parchar la Constitución, como el mismo afirma cuando se refiere a las reformas constitucionales, piensa que todo el proceso fue parte de un plan, totalmente ajeno a esa masa ciudadana, que empujando el cambio, nunca peleó, más allá de la salida y condena de los corruptos, por exigir un futuro institucional, que reformara desde su base, un edificio institucional, que no podía albergar la nueva era.

-Ay don Edmundo me decía Arturo con gran consternación, la situación fue clara desde el principio. No tenía ningún sentido proseguir con un proceso electoral, que anticipaba la casi inevitable persecución, en el corto plazo, de los partidos, que ya sin candidatos viables, iban a ser señalados como responsables o cómplices de la debacle nacional, y que en aquel agitado panorama, garantizó su derrota como parte de la venganza popular.

-Visto lo visto don Edmundo, es difícil creer, que todo este complejo entramado, del cual formó parte el pueblo, no fuera guiado por esos poderes casi sobrenaturales, que aún en el país más poderoso de la tierra, le permiten afirmar a importantes sectores políticos y ciudadanos, que las elecciones presidenciales,  fueron manipuladas por los rusos.

No digamos nosotros don Edmundo, afirmó el exconstituyente. A quienes entusiasma y es el colmo, pero no son pocos los que  aplauden, como súbditos realizados, que nos tutelen o intervengan, afirmó con el dejo que acompaña la experiencia del chucho apaleado en estos menesteres.

Y con esta afirmación don Edmundo, quiso aclarar la idea: –no quiere decir que piense que hubo fraude electoral en la elección del presidente Morales… lo sospechoso fue animar un proceso electoral, que garantizaba la elección de diputados y permitía la continuación de los principales actores del Organismo Judicial, cuya elección había sido cuestionada por los supuestos vicios en su elección, en lugar de suspender el proceso, hacer una Ley Electoral para esa única vez y haber convocado a la participación de nuevas organizaciones.

-¡Pero eso qué tenía que ver con el desmadre actual, vos Arturo!-  intervino el licenciado Guillermo Pellecer, presidente de la Asociación de Dignatarios de la Nación, título reconocido oficialmente a los creadores de nuestra Constitución Política de la República.

-Más claro ni el agua vos Willy- respondió inmediatamente Arturo, como encontrando la oportunidad de ampliar su explicación

La operación fue perfecta… -recalcó- garantizaba los objetivos extranacionales, comenzó su versión especulativa- imagínate: Se elige un presidente legítimo y con el pretexto de no romper el orden constitucional,  respaldado por la que nosotros redactamos,  y que ahora a menos de dos años de gobierno, se denuncia como reformable… mirá la contradicción… se continúa con un proceso electoral totalmente inapropiado , por no romper el orden Constitucional y ahora  denuncian la constitución como inservible- argumento inaceptable para uno de sus creadores… pero déjame terminar el argumento- se confirmó en la idea de terminar su explicación-          Mirá Willy continuó- Un presidente sitiado por un Organismo Legislativo totalmente coptado por el temor y sus propios pecados. Un Organismo Judicial, seriamente cuestionado por su origen y dispuesto a entregarse como pago de sus pecados, aplicando el Derecho Penal del Enemigo de Gunther Jacobs, que hace del sindicado como regla básica, un enemigo de la sociedad, sin ninguna opción a que se le apliquen las garantías procesales, que por lo menos nuestra constitución, básicamente garantista de los derechos humanos, exige como fundamentales, para proteger, el debido proceso y  evitar, los linchamientos judiciales, protestó.

Un Honorable Juzgador, volvió a la carga,  que es aparte de ese libreto, se somete de inmediato a la censura pública y garantizaría abortar su carrera administrativa, mal llamada carrera judicial, seguramente acusado de ser cómplice del lado obscuro de la ley…Terrible para la proclamada independencia judicial, terminó su aguda observación.

El licenciado Monroy, otro Dignatario de la Nación, justo título reconocido por ley, a quienes en una elección con más del 80% de participación ciudadana, le dio vida a la Constitución Política de la República y quienes celebrando los 32 años de su vigencia, les fue concedido el honor de cambiar la Rosa de la Paz, simbólico emblema de esa aspiración en serio peligro, que fue consolidada precisamente por la legitimidad del vilipendiado instrumento de normas fundamentales, que hizo posible la apertura democrática que todavía perdura en nuestro país.

Y tienen razón los exconstituyentes en custodiar el producto de sus intensas deliberaciones, ya que en una elección democrática, transparente y libre, la mayoritaria participación electoral de la población,  les transfirió el poder originario de la Soberanía Popular, cuyo titular es el pueblo,  y les otorgó por delegación directa, su confianza para la redacción de la Constitución Política de la República…Y su presidente, don Guillermo Pellecer Robles, lo hizo sentir, el día de la rosa, en un formidable discurso de defensa constitucional.

Lo contradictorio señaló el licenciado Monroy, es que hay instituciones que se precian de defender la Constitución, y algunos de sus exdirectivos, son ahora portavoces de las reformas. ¡Qué cosas verdad mucha! -le dijo sarcásticamente a sus compañeros de lucha.

Arturo, miraba inquieto a sus colegas, buscando una definición frente a su planteamiento inicial. Requería de sus compañeros una opinión en torno a su cuestionamiento del último proceso electoral, que de acuerdo a su concepción, no obedeció a un proceso espontáneo, si no dirigido, que se ha traducido, en la más compleja crisis económica, política y social que registra la historia reciente de nuestro país.

-Pues hilás muy fino Arturo, intervino el licenciado Pellecer, el otro dignatario, para explicar todo el proceso que a mi juicio sostuvo, se está cayendo por pedazos sin solución de continuidad –fijó una posición inicial.

Pero es cierto, continuó, que si antes la corrupción tenía coptado el Estado y esa infame situación justificó con razón, todas las acciones, incluyendo la intervención foránea para intentar enderezarnos, quiso puntualizar esa situación para él evidente. Lo complicado es que no se termina de marcar el límite de esa injerencia que permita reconstruir la institucionalidad democrática del país… y especialmente la estructura política, que a un año de comenzar el proceso electoral para la sucesión del presidente Morales, prácticamente no existe y hace inviable el surgimiento de una nueva conducción política, por la ausencia de instrumentos electorales legítimos y aceptados como tales… y desde luego un relevo indispensable de  la dirigencia política nacional, con la fortaleza, y representatividad suficiente, puso énfasis,  para marcar y negociar con los Estados Unidos, los  términos de la intervención y el límite, de común acuerdo, del ejercicio de nuestra soberanía. Tema que su sola mención me provoca una profunda vergüenza, pero no podamos negar que ese principio, por siempre sagrado, ha sido reducido a un valor de segunda categoría, en el discurso, definición y jerarquía, de quienes se refieren a ella, con desprecio y total desprendimiento de su esencia fundamental. No podemos olvidar que como países titulares de ese derecho universal, al que no renuncian ni han renunciado nunca, quienes por contraste, definen nuestra política interna, debiéramos de tener una  discusión seria de nuestra política internacional para preservar esos valores inalienables y por principio ético nacional, innegociables.

-Y es también urgente –continuó su explicación- la delineación de las estrategias regionales, desde el punto de vista de nuestro interés centroamericano, por ser esa nuestra vocación histórica y más inmediata como recurso de desarrollo más próximo y viable. Se tiene que entender que esa realidad geopolítica nos exige a nosotros, tanto como es, la importancia para los Estados Unidos, de la visión que le adjudica al llamado Triángulo Norte, por cierto, para nosotros, fríamente analizado… cercena ideológicamente, las políticas relativas a la integración centroamericana y del caribe con República Dominicana, como parte de nuestro sistema de integración regional, que constituye la única opción del Istmo para impulsar, con inversiones internacionales, respaldadas por todos nuestros países como garantía de la seguridad jurídica que reclaman este tipo de operaciones, el desarrollo acelerado que esperan de nosotros los Estados Unidos de América en ese triángulo, definido por ellos, y que fue señalado por el Secretario de Estado refiriéndose a El Salvador, Honduras y Guatemala, como una zona peligrosa para la seguridad nacional de la potencia del norte y por esa razón, la necesidad de patrocinar su desarrollo, para desestimular la migración de nuestra población  en busca de recursos y oportunidades, concluyó su extensa reflexión.

–Pero mirá el nivel de contradicciones, apuntó el acucioso licenciado Monroy…   afirman -dijo- la necesidad del desarrollo económico y simultáneamente nos informan que le recortaron al aporte estadunidense $450 millones de los $1 mil millones asignados para patrocinar el proyecto… Así ya nos desarrollamos mis amigos, ironizó con sorna.

-Pero compañeros, retomó la plática Arturo- … finalmente no me contestaron mis observaciones sobre la situación nacional… que para mí es sumamente grave-

-No es tema menor, el acoso judicial al presidente de la República, reinició su análisis… Fíjense ustedes, que el receso del Congreso de la República, le bajó por inercia la temperatura a la confrontativa iniciativa  de  Reformas Constitucionales. Además que ha trascendido una transferencia progresiva y alentadora, de la discusión de todos los temas políticos, a diferentes  grupos de  distintos sectores sociales, que persiguen buscar un punto de encuentro para plantear con un sólido respaldo, distintas opciones para enfrentar la crisis política, económica y social de nuestro país, que cada día se profundiza más.

…Aunque los indicadores macroeconómicos le acrediten, un crecimiento mayor al 3% anual, la realidad concreta acusa un proceso acelerado de abatimiento de la clase media… migración hacia los centros urbanos de la población desplazada del área rural, aumentando las precariedades de servicios públicos en las ciudades, desempleo creciente y angustioso en todos los sectores,  que recienten la ausencia de la inversión del Estado en  obra pública, totalmente paralizada.

 

Fomentando como efecto inmediato, el deterioro de la infraestructura vial, que prácticamente está destruida, y espera aún la fase más dura del invierno. Sin contar los efectos colaterales, de la delincuencia desatada y creciendo, frente a un Ministerio de Gobernación más preocupado en atender las demandas de quienes constituyen su verdadero y poderoso respaldo, que las necesidades que rebasan al propio presidente en la necesidad de usar todos los recursos del Estado en materia de seguridad nacional para enfrentar la delincuencia… y sin tomar en cuenta toda esa anarquía creciente… sumar la desestabilización del presidente, constantemente amenazado en la permanencia del cargo por factores internos, incapacidad inocultable de sus colaboradores que lo hacen aparecer más solo y apremiado que un vampiro en una iglesia, creando la expectativa de hacer abortar su gobierno, como consigna perseguible y posible para quienes adentro del Gobierno conspiran: unos por ineptitud, simple y crasa, característica de una mayoría considerable de sus colaboradores. Y otros,  por deslealtad.

Son quienes no le agradecen ni siquiera los cargos que ocupan en el Gobierno, según se comenta cada vez con más frecuencia, por las influencias, sugerencias o imposiciones poderosas y externas a su propia voluntad. En fin, la conflictividad social, estimulando la agitación social, con peticiones imposibles, demagógicas y desestabilizadoras y todo mundo preparándose para una guerra que no se declara oficialmente, pero que ya está provocando los estragos propios de la angustia  que ocasiona, continuaba Arturo. De repente, se calló y nos comunicó, ya no quiero decir nada más, don Edmundo… Usted me implicó directamente, nos lo explica todas las semanas. Pero no hay peor sordo que el que no quiere oír, ni ciego que el que no quiera ver. Yo, afirmó el exconstituyente López, me resisto a creer que como pueblo no nos demos cuenta de lo difícil y crítico de la situación, atacando y descalificando gente, insultando y desprestigiando  gente, como fiebre de moda.

Nos alegramos, como nunca antes, de la desgracia ajena y hasta celebramos su tragedia, no obstante vivir en el segundo piso, de la misma casa, que se prende fuego en el primero. Así… nos  transformamos en verdugos sin ver que atrás vienen los que esperan ajusticiarnos a nosotros mismos… Será cuestión de tiempo… si no paramos la debacle, terminaremos tristemente pidiendo, como lo hicieron los puertorriqueños hace una semana, ser, en lugar de  Estado Libre Asociado de los Estados Unidos, transformarse en un Estado más de la Unión Americana, una estrella más de su hermosa bandera. Y una vez dicho esto, se calló don Arturo López, el veterano luchador, que nos sigue dando lecciones de dignidad y decencia cívica.

Nada puedo agregar a lo ya dicho… nada más, desearle suerte a don Jimmy que no permita que le nieguen el mando, que no se deje ofender por conductores mediáticos, que nunca han obtenido un solo voto ni para ser presidentes de su cuadra. Y que haciendo honor a sus electores, mande al carajo a quienes medrando de su buena fe, quisieran encontrar motivos para transformarse en testigos protegidos.

La presidencia implica una dignidad que es la suma de la de todos los guatemaltecos. Usted representa la unidad nacional, entre otras cosas me representa a mí como presidente de Guatemala, si de mala fe ignoran sus votos, ridiculizan sus logros y le multiplican los errores, apele a su fuerza interior, cambie a quien tenga que cambiar y busque refugio en el calor y solidaridad del pueblo, el único al que ni usted ni nadie tiene derecho a traicionar.

Danilo Roca (Edmundo Deantés)

Jurista, analista político, luchador por la libertad.

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