Columnas

Hacia la libertad

El Banco de Guatemala sigue llenándose de dólares en parte porque finalmente la presión política de algunos exportadores y economistas han logrado influir en la Junta Monetaria.  De ahí que este año la política cambiaría que venía utilizándose fuera modificada para que las intervenciones fueran mayores y que ahora, además de esa política, el Banco de Guatemala pueda captar dólares en certificados de depósito a plazo a modo de influenciar en el tipo de cambio para evitar que el Quetzal siga su tendencia hacia la apreciación del mismo.

Hace rato que me preguntan dónde debería estar el tipo de cambio y yo respondo que no se pero que creería que ya debería haber llegado a Q.7:00 por dólares por lo menos.  Y esto lo digo basado en la enorme oferta de dólares que siguen entrando al país.  Sólo en remesas, a abril de este año llevábamos 15% más de dólares recibido que en el 2016.  Es decir, en 4 meses ingresaron US$ 3,328 millones lo cual implica US$ 430 millones más que en el 2016.  Y sólo de enero a abril, el Banco de Guatemala ha captado US$ 1,166.9 millones lo cual casi equivale a lo captado en todo el 2016 que fue de US$ 1,188.5 millones.  Sea como sea, el Banco de Guatemala se está llenando de dólares.  Hasta abril, las reservas monetarias internacionales estaban en US$ 9,916 millones.  Ahora considero que ya pasamos los US$ 10,000 millones.  Una cifra record que no sirve para nada pues el Banco se ha llenado de dólares caros, aunque cada vez los compra más baratos.

No terminamos de entender que el tipo de cambio es como cualquier otro precio y debe dejarse funcionar libremente.  Cuando se propuso la regla monetaria yo me opuse porque consideraba que era preferible una política de transparencia en la que el tipo de cambio reflejara lo que ocurría en el mercado de divisas.  Si hay relativamente más oferta que la demanda entonces el tipo de cambio se apreciaría y esto incentivaría automáticamente la demanda, es decir, más importaciones o compra de dólares por la razón que fuera lo cual haría, en algún tiempo, que el tipo de cambio se detuviera en cierto punto para equiparar precisamente la oferta y demanda de dólares.

El Banco de Guatemala estableció la regla monetaria que en principio afecta la volatilidad, pero no la tendencia.  Ahora bien, con sus cambios en la regla y con sus intervenciones fuera de ella están afectando la tendencia.  No están dejando que el tipo de cambio alcance su precio para equiparar la oferta con la demanda.  Los exportadores se quejan porque consideran que el tipo de cambio debe depreciarse más y piden al Banco de Guatemala más intervención.  Si, como lo escucha, más intervención aún.  Lo cierto es que el Banco de Guatemala no ha dejado de intervenir en este mercado en ningún momento.  Si no fuera por esta intervención no sé dónde estaría el tipo de cambio, posiblemente, por decir algo, a Q.5 o 6 por dólar.  ¿Y qué?  No sabemos cómo hubiera reaccionado la demanda de dólares ni como estaríamos hoy en día.  Las exportaciones no se hacen más rentables con un tipo de cambio valuado artificialmente sino cuando la productividad se incrementa.

  Qué esperar del resto del año?  Pues creo, con posibilidad de equivocarme, que la tendencia seguirá siendo a apreciarse.  El precio del petróleo y sus derivados van a la baja, esto implica menor demanda de dólares.  Y las remesas siguen ingresando en mayor cuantía que el año pasado, es decir, mayor oferta de dólares.  Mi sugerencia, como lo he sostenido hasta ahora, es que dejemos que el tipo de cambio llegue libremente a su nivel y que no esté artificialmente ni sobrevaluado ni subvaluado. Eso beneficiaría a los guatemaltecos por muchas razones que dejaré para algún otro artículo.