Editoriales

El mercado negro en el país del realismo mágico

Desde hace ya varios días, se ha observado en los ambientes de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), la ausencia o escaces de timbres fiscales, lo que ha provocado atrasos y reducción de actividad en el Registro Mercantil y en tribunales, por la necesidad de adherirlos en toda clase de memoriales o auténticas que deben realizar para sus gestiones muchas personas con el auxilio de abogados.

Lo más penoso de esta situación es que como producto de la falta de planificación o con la intencionalidad del caso, al no haber disponibilidad de las especies fiscales de mayor uso entre los simples mortales que conforman la mayoría de guatemaltecos, se da origen al mercado negro, llegando al caso de que un timbre fiscal de Q5 se encuentra con suerte a un precio de Q50 o Q60. Consultado al superintendente acerca de esta situación, refirió que es el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin), el que no tiene la capacidad de producción de las especies fiscales y que en un término de aproximadamente dos semanas se estará abasteciendo todas las oficinas de la SAT.

Al analizar esta situación cabe la pregunta si el papel de la SAT es recaudar, ¿Por qué no tienen la adecuada planificación para evitar que no exista escases de las especies fiscales? Por otro lado ¿Quién se beneficia de la escases de especies fiscales? ¿Qué hay oculto detrás de la inexistencia de las especies fiscales al paralizar la defensa o presentación de memoriales ante el Organismo Judicial? ¿Por qué las autoridades de la SAT esperan a último momento para tomar acciones tendentes al abastecimiento de algo tan necesario, y que paraliza la función de otros organismos del Estado?

Ya se ha vuelto costumbre en Guatemala que cuando se quiere ocultar algo que está pasando o está por pasar, se desvía la atención hacia otro acontecimiento que produce efectos que molestan a muchos y de paso no se percatan los simples mortales de lo que está por venir o se pretende hacer para dar muy al traste con el dicho popular que reza “Al pueblo, pan y circo”.

Por qué razón cuando suceden acontecimientos como en este caso, problema de la SAT, se busca inculpar a otro organismo como es el Minfin, para alivianar la culpa de no prever lo que es su labor y actuar en coherencia con su fin último que es la recaudación de impuestos.

En nuestra estructura tributaria, se ha hablado mucho y se ha hecho experimentos de diferentes calidades y cualidades, sin que a la fecha se logre que en vez de dificultar la recaudación tributaria, se facilite para que no existan atrasos por parte de los contribuyentes, y si a eso sumamos el hecho de que la actividad tributaria tiene repercusiones sobre otros organismos de Estado, al provocar que muchas personas o empresas no puedan presentar sus recursos ante el Organismo Judicial o el Registro Mercantil para poder desarrollar sus actividades personales o empresariales, volvemos a lo que Siglo 21 ha planteado en repetidas ocasiones: Guatemala es el país en donde la realidad rebasa a la imaginación por lo que lo hemos denominado EL PAÍS DEL REALISMO MÁGICO.

Esperemos que en esta oportunidad el superintendente de administración tributaria, cumpla con lo ofrecido y que se logre que no vuelva a suceder pues es inaudito que la misma SAT, genere el mercado negro de especies fiscales.  Por una Nación Libre, Justa y Solidaria.