Columnas

Mensaje a la Primera Dama

Para iniciar deseo decirle a nuestra Primera Dama que el presente va con mucho respeto, como se lo merece de parte de todos los guatemaltecos. Iniciare por explicar que es la Primera Dama: es, en determinados Estados, la mujer o cónyuge del titular del poder ejecutivo de ese país, o en su defecto, alguien que cumple esa función en ceremonias oficiales. En caso de que el cónyuge sea un hombre, recibe el título de primer caballero. El primer país en utilizar el título de primera dama fue Estados Unidos. Cuando se fundó el país, el presidente se encontraba sin un título adecuado para su esposa. El equivalente hasta ese entonces en las monarquías europeas sería la Reina Consorte, pero en el caso de Estados Unidos ninguno de los títulos usuales correspondía a la posición de la esposa del presidente. Así se creó el título de Primera Dama. Luego, debido a la influencia política y cultural de esa nación, el calificativo se ha extendido a casi todas las repúblicas del mundo. Dependa donde, la primera dama no es un cargo electo ni nombrado, no tiene funciones ni responsabilidades asignadas ni autoridad sobre otras personas ni devenga un salario u otra compensación; ella debe cumplir ciertas funciones de carácter protocolario como acompañante del presidente en viajes o recepciones oficiales, y participar activamente en instituciones de gobierno, por lo general de índole benéfica o social. Pero también, dependiendo del país, se dedica a alguna causa social.

Considero que es necesario en primer lugar decirle a nuestra Primera Dama, que la consideramos por las tenciones de las preocupaciones y problemas, dentro de su familia, los señalamientos a su esposo de problemas que acontecen en nuestro País. Las dificultades económicas, políticas, inseguridad, violencia, asaltos, malnutrición y muchos más, son problemas que con el tiempo se han formado por corruptos del pasado. Por otra parte, algún problema se debe a los malos asesores y ministros de su esposo por falta de capacidad. Por compromisos de la campaña electoral pasada Él se comprometió con personas que lo ayudaron en su proselitismo. Es importante que como nuestra Primera Dama se aparte de esos actos incorrectos dentro el rango de gobernar. A usted le sugiero que haga más presencia y nos ayude activamente en las entidades de beneficencia social, también acompañando a su esposo en los actos protocolarios que Él le requiera. Esta segura que la Sociedad Civil está dispuesta a ayudarla cuando lo necesite. Siga adelante y rodéese de personas honradas y aléjese de las que se le quieren acercar, para sus beneficios personales, que con el tiempo la van a olvidar. Cuide su matrimonio y su prestigio, apoye al gobernante a razonar dentro del calor de su hogar.

Leonel Guerra Saravia

Médico y cirujano con maestrías de ciencias sociales, política, relaciones internacionales y filosofía.