Hasta siempre
En noviembre de 2013 Siglo 21 me brindó un espacio en la sección de Opinión para publicar mi columna “¡Levántate y anda!”, durante casi 4 años se han publicado 120 artículos en los que me he referido a diversos temas con el propósito de motivar e inspirar a los lectores a la acción, de donde se deriva el nombre de este espacio.
Mis primeras publicaciones fueron mi carta de presentación para que los amables lectores me conocieran, luego me propuse escribir sobre lo que significa vivir como persona con discapacidad en un país y una sociedad que pocas veces muestran comprensión o empatía, dejando claro que siempre encontramos una mano amiga dispuesta a ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos, nuestra independencia y el reconocimiento como sujetos de derecho y personas que merecemos ser tratadas con dignidad y respeto, también compartí mis aventuras y logros deportivos con la intención de mostrarle al mundo y a mí mismo que es posible hacer nuestros sueños realidad y alcanzar las metas que nos propongamos, para lo cual se necesita mucho trabajo, esfuerzo constante, compromiso y algunos sacrificios que por supuesto valdrán la pena.
Cada vez que escribí, lo hice con mucha ilusión, sin pretensión literaria alguna, pero eso sí, con el firme deseo de dejar impreso y dar testimonio de la grandeza de muchas personas que me han servido como inspiración durante el tiempo que compartí con ustedes. Limitaciones de tiempo debidas a otras actividades me obligan con mucho pesar a tomar la decisión de no continuar con esta columna y a escribir estas líneas llenas de gratitud hacia quienes me brindaron la oportunidad de expresarme y por supuesto a quienes se tomaron el tiempo para leer mis publicaciones. El ejercicio ha sido educativo, gratificante e interesante, he recibido buenos comentarios, alguna que otra queja y por supuesto opiniones de personas que no estaban de acuerdo con mis puntos de vista, todas ellas muestras de que mis artículos fueron leídos, propósito de toda persona que escribe.
Sin embargo esta no es una despedida, porque las despedidas son definitivas, prefiero decir “Hasta siempre” porque es posible que nos encontremos más adelante, en otras circunstancias.