Columnas

Un brindis: PNC, 20 años

Mucho tiempo ha transcurrido ya desde ese lejano 1997 cuando tan sólo 1,123  nuevos efectivos PNC  comenzaban tareas de patrullaje.   2017, la estadística ha cambiado.  35,000 agentes (usando números redondos) conforman hoy la institución dando así un índice de 28 efectivos de policía por cada 10,000 habitantes.  La institución actualmente se compone de 27,585 hombres policías que están asignados en 22 regiones y 4,581 mujeres que ejercen diferentes funciones en la institución.  Vale la pena mencionar además que hay 29 comisarios generales, incluida una mujer.  La institución tiene cursos de sensibilización en materia de género y DDHH.  Demás está decir que los cuadros de la oficialidad  están persiguiendo formación universitaria a nivel de posgrado.

La conformación de la Policía Nacional Civil responde a las necesidades concretas que todo país que experimenta un proceso de transición a la democracia tiene.     Resultaba necesario entonces conformar una institución de seguridad compuesta por civiles y formada bajo una doctrina que privilegiara las libertades civiles.  El debate a finales de los años noventa en América Central era increíblemente bipolar, las visiones conservadoras apostando por los ejércitos involucrados en materia de seguridad y los sectores progresistas tratando de abrirle cancha a nuevas posiciones.  Veinte años después, queda claro que los ejércitos no están diseñados para la tarea de seguridad ciudadana, y  tampoco para las tareas antinarcóticas.  El mejor ejemplo es México: los militares siguen perdiendo la guerra contra el narco e hicieron lo que  habían prometido jamás realizar: se voltearon contra la población civil.  Volviendo a Guatemala,  en lo que respecta a la PNC, la agenda transita aún por mejorar las condiciones, dignificar al efectivo de policía,  la institucionalización de mecanismos de confiabilidad  pero por sobre todo,  se necesita aún la voluntad política para invertir en ella. La razón por la cual la institución de la PNC se mantuvo en el olvido no es una situación fortuita: tiene una lógica y tiene una razón.

Cuando no se apuesta directamente para gastar en un rublo, es más que claro la falta de voluntad política.  Al año 2012, el presupuesto para gobernación era de 1% del PIB (Q.3,955 millones). La PNC tiene asignados Q.,2597 millones  de los cuales 60% se gastan en el proyecto de reforma policial.    El salario de un agente normal de la PNC bordea los Q4,000 (con un reciente aumento de Q.700.00).   Un PMT gana más que un agente de la PNC.  Y a pesar de estas carencias, la actual PNC ha dado logros importantísimos.  El delito de secuestro ha sido prácticamente erradicado.   A Marzo de este año, el número de  estructuras dedicadas a la extorsión que han sido desmanteladas supera las 16 bandas criminales.  No se nos olvide, la prevención de atentados por parte de las pandillas.  Y en términos de los procesos de combate a la corrupción de cuello blanco, se  realizaron cuatro mil 736 allanamientos, se solicitaron 12 mil 399 órdenes de aprehensión, se presentaron 17 mil 789 acusaciones, se resolvieron 28 mil 829 casos por medio de salidas alternas.   Es decir, con poco, esta actual cúpula policial (toda ella con títulos de posgrado)  logra desarrollar un excelente performance.

¿Qué falta mucho por hacer?  En efecto.  Pero la mancuerna que se ha creado entre el actual ministro de gobernación y el director general de la Policía Nacional Civil es una mancuerna que está dando resultados para combatir flagelos estructurales y además darle a  CICIG-MP un apoyo fundamental.   Lo que viene a mostrar que, a 20 años de este proyecto,  hay cosas que celebrar.  Hay una institución madura que entiende los retos frente a ella.

La clave es la continuidad.

 

David Martínez-Amador

Becario Fulbright del Departamento de Estado Norteamericano. Politólogo, UMASS-Amherst. Investigador Social en las áreas de Consolidación Democrática, Crimen Organizado Transnacional, e impacto del crimen transnacional en la gobernabilidad democrática. Miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos por la Paz y la Democracia ÍNSUMIISOS´ con sede en Ciudad de México. Profesor universitario y consultor. Ha trabajado en Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá.