Editoriales

El arte de manipular como una forma de traición a la patria

En términos legales, la traición consiste en una conducta desleal hacia la nación. Cada Estado determina taxativamente para sí los actos que implican el crimen de traición, algunos de los más tipificados son:

Sublevarse o incitar a otros a sublevarse contra la autoridad del Estado, conspirar contra el gobierno, intento de golpe de Estado, asesinato o intento de asesinato de altas autoridades del Estado, pensar o difundir ideas contrarias al orden establecido por el Estado, terrorismo, colaborar o asociarse con Estados declarados «no gratos» o enemigos de la nación, cooperar o colaborar con otras naciones durante periodo de estado de guerra.

Otra forma de traicionar a la nación es conspirar para alcanzar objetivos propios de personas u organizaciones, tendentes a apropiarse ilegítimamente del Estado, utilizándolo para elaborar sus propios planes y objetivos de enriquecimiento ilícito y perpetuación en el poder. Tal el caso de partidos políticos que pretenden manipular hoy día al Tribunal Supremo Electoral (TSE), coartando su libertad de acción con el objetivo de evitar ser sancionados o clausurados, tal el caso de las acciones y propuestas encaminadas por la Unión Nacional de la Esperanza (UNE), a través de su operador político principal disociador, manipulador y por demás distractor, Mario Taracena, quien ya tiene la costumbre de ocupar las principales noticias por lanzar ataques a quien se le ponga enfrente, con el afán de alcanzar protagonismo y distraer la atención de lo que realmente pretenden.

¿Por que razón el señor Taracena hoy día hace declaraciones y propuestas para censurar y coartar el quehacer del Tribunal Supremo Electoral? ¿Qué hay detrás de sus declaraciones? ¿Quién o quiénes se benefician del actuar de este señor? ¿Hasta cuándo el pueblo de Guatemala seguirá aguantando los desmanes de estos malos hijos de la Patria? ¿Qué hacer ante la falta o ausencia de un verdadero liderazgo?

En la historia de Guatemala, ha habido períodos obscuros, desde la conquista hasta la firma de los acuerdos de paz, sin embargo, los guatemaltecos SIEMPRE hemos sido capaces de reponernos, sacudirnos y levantarnos de todo acontecimiento malo, desde terremotos, hasta golpes de Estado, enfrentando y luchando para salir adelante de toda desgracia que nos cae encima y esta no es la primera ni la última vez que tenemos malos hijos, que pretenden destruirnos por su propio bienestar, traicionando el principio y principal objetivo de la legalidad establecida en nuestra Constitución Política de la República que es, alcanzar el bien común.

En este momento histórico de nuestra nación, en donde extranjeros y malos hijos de Guatemala, realizan una persecución penal selectiva y con dedicatoria especial para destruir la base de la producción y generación de empleo y riqueza para el país, es tiempo de estar y permanecer en estado de alerta, para no permitir la imposición de agendas exteriores y luchar por la libertad que no nos han regalado, sino que la hemos construido a lo largo del tiempo y que hoy se ve amenazada por agendas externas.

Por una Nación Libre, Justa y Solidaria.

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