Columnas

Correccionales que no corrigen

Hasta la saciedad se conoce el caos de los centros de detención para albergar a los jóvenes, que como obligación del Estado debe corregir, ya que es él, el que descuidar de preveer las causas, y no contar con la capacidad de corregir los efectos. Son las instituciones gobierno las responsable de cumplir con esa misión, que al transcurrir del tiempo aún no encuentran el antídoto para enmendar el error que hoy nos agobia, que debe hacerse desde el castigo por los errores cometidos, hasta la creación de condiciones para incorporarlos a la vida productiva para que mejore la economía de sus familias y se aproveche la energía de esa juventud para encontrar mejores condiciones de vida, social, cultural y de convivencia familiar.

Los hacinamientos, programas obsoletos, infraestructura tradicional y profesionales no especializados, son algunas flatulencias del sistema, lo que obliga a reinventar centros de concentración en donde se promueva la formación deportiva, productividad para el auto consumo, descubrimiento de talentos deportivos, arte y cultura que permita limpiar pensamientos malvados, por lo que hace necesario dar un giro diametralmente opuesto a lo que hoy se vive.

Ambientes donde se encuentran seres humanos creados a semejanza de Dios, que han tomado los caminos quebrados del mal, encontrándose privados de sus derechos, hombres y mujeres que el Estado, familia, iglesia, autoridades, políticos,  el mismo sistema educativo y la sociedad les quedan a deber una formación de hombres probos, ciudadanos útiles y que ahora se tiene la tarea de reorientar y enseñarles que la vida es una dinámica de perfección humana, por lo que constituye un reto para reinventar los procesos de reinserción a la vida normal y hacer perfectible su existencia en beneficio de la sociedad.

Se debe cambiar la tradicional cárcel, centros correccionales, centros de detención, o como se quiera llamar, en donde se mantienen a una cantidad de privados, ocasionando inversión financieros para suministrar alimentación, hospedaje y servicios gratis a un número significativo de personas que no han respetado las normas de convivencia social y que según el imperio de la ley deben ser castigados, empero con la salvedad de corregir y que luego se integren a la vida normal del ciudadano con oportunidades.

A los “expertos en este tema” se les debe exigir, ser más creativos para reinventar estos centros, y convertirlos  en centros de formación deportiva, de productividad para el auto consumo, convirtiéndolos en  Centros de artes y cultura, porque entre esos miles de privados, seguro que tienen talentos de arte, talentos físicos para formar  deportistas, investigadores, creadores de tecnología, porque lo han demostrado para la maldad, y convertirlos en seres potenciales, útiles a la humanidad.

Estos centros deben crearlos y deben funcionar en los cuatro puntos cardinales del país, en donde se produzcan hortalizas, crianza de animales de consumo alimenticio se produzcan artesanías y que la venta de estos, sirvan para el autoconsumo para que comprendan, que su estadía allí, tiene un costo, para pagar los servicios de agua, energía eléctrica y vivienda.

Un grupo de psicólogos, estudiosos de la personalidad humana, educadores, religiosos y estrategas de seguridad debe crear un diseño a la medida de las circunstancia para convertir esa masa humana, en seres pensantes y productivos programando actividades desde que el astro rey aparece hasta el ocaso del mismo, para que esa energía sea revertida en la verdadera creación de Cristo y con disciplina al estilo castrense en donde al final de la condena se encuentren en los caminos correctos de Dios.

Los expertos en el tema, deben darse la tarea de diseñar procedimientos técnicos para seleccionar a los privados de libertar y colocarlos en los centros de formación con exigencias físicas, intelectuales y de desarrollo humano, sometiéndolos a una disciplina rígida con actividad acorde a sus talentos.

Si no es en esta línea, tendrá que ser en otra, pero no podemos seguir con las inversiones corruptas que únicamente piensan en utilizar infraestructuras para encerrar y tener inversiones nada productivas. No se puede seguir con cárceles, saturadas y  colapsadas; hacinamiento de la maldad. Ojalá se reinvente  un sistema a la medida y que resuelva el problema, en donde se sienta el castigo para enmendar el error, pero se  les respete y a la vez se les exija y le demos lo que no fue  posible darles en su momento  y les hizo caer en tan indeseable conducta.