Columnas

Filosofía, educación y democracia

Desde la filosofía entendida como reflexión y como  estudio de la verdad  está directamente relacionada con la educación, pues reflexionar y  conocer la verdad son partes fundamentales de ésta. Es la base del fundamento educativo de la sociedad moderna, según los filósofos Rousseau, Locke y Dewey.

 Para Dewey la filosofía es toda la experiencia de la vida en la cual la persona se debate y trata de llegar a resultados y conclusiones. La experiencia se le revela a cada uno como algo dramático que tiene que vencer y resolver, esto lo pone frente a la incertidumbre. Desde el Pragmatismo el conocimiento es el que lo libera de esos peligros para poder llegar a obtener dominio y seguridad sobre la realidad.

La acción es un deber dirigido por la filosofía como la sabiduría directiva de la vida e impulsora de la fe en sí mismo, por medio del lenguaje y de su inserción en el todo social en donde la democracia educa y democratiza, por eso aboga por un democratismo humanista en el que la democracia es una forma de vida y un ideal ético, un ideal humano y social que establece dos criterios de valoración que son a) la igualdad y b) la flexibilidad continua, vista como adaptación y readecuacíòn de sus instituciones. La base o el fundamento democrático es la fe en la inteligencia humana, en la experiencia, la colaboración y en la solidaridad. Así democracia y educación se identifican como la fe en la igualdad y en la posibilidad que tienen todos de vivir y educarse para contribuir al todo social.

La escuela es un agente social de valores y objetivos, es un laboratorio de democracia, de igualdad, al borrar las diferencias sociales. Es un taller de democracia, en la que esta, la democracia es construida permanentemente por un desorden creativo. La democracia disminuye los efectos de las desigualdades económicas. La idea de educación se concibe como una liberación de la capacidad individual en un desarrollo progresivo encaminado a fines sociales.

Dewey escribió a fines del siglo XIX y principios del XX para la sociedad norteamericana. Qué se puede decir sobre esto en  Guatemala más  un siglo después? Primero: que la educación como valor esencial de la democracia es todavía una tarea a cumplir. Por lo tanto la democracia es también inconclusa. Segundo: la educación no es para todos un derecho dado, no es igualitaria pues grandes cantidades de niños no tienen acceso a una educación buena. Solo una parte reducida. Tercero: no existe relación entre democracia y educación, ni entre filosofía, educación y democracia. Pues la educación no es el enfrentamiento con la incertidumbre, ni reflexión ni es el estudio de la verdad como parte de la democracia entendida como igualdad y como la base del proyecto social guatemalteco. Y cuarto: haciendo un balance del avance de la democracia de este país desde la perspectiva de la educación lo que se está dando es un retroceso histórico que está marcando negativamente al país.