Invasiones
Imagínate que después de un largo día de trabajo llegas a tu casa y la encuentras ocupada por gente ajena, armada y agresiva. Lo lógico es que en ese momento llames a la policía para que saquen a los intrusos de tu casa utilizando la fuerza si es necesario. Es fácil demostrar que es tu casa pues bastaría con preguntar a tus vecinos en caso que no tengas los documentos de propiedad a la mano. La policía en este caso debería actuar de inmediato pues se trata de un delito flagrante, es decir, un delito que se está llevando a cabo en ese mismo momento.
Así como la policía debe actuar inmediatamente en esta invasión a tu casa lo debe hacer y de hecho lo hace cuando te han robado tu vehículo a mano armada. La policía persigue a los ladrones de tu automóvil en base a tu denuncia y si los atrapa revisa luego de quién es la propiedad del auto. En el momento, el delito se está consumando, ha habido violencia y la policía debe actuar de inmediato.
¿Qué diferencia hay entonces entre el robo violento de tu automóvil, el de los intrusos metidos a la fuerza en tu casa y la invasión a una finca? Absolutamente ninguna. Si de pronto un grupo de personas armadas está tratando de invadir tu finca, amenaza de muerte a tus trabajadores, empiezan a vender tu maquinaria y equipo de trabajo, corta tus árboles y se mete a dormir en tu casa, ¿no debería la policía actuar de inmediato también por ser un delito flagrante? Es obvio que si.
Pues esto no ha ocurrido en todas las situaciones de invasión a fincas en los últimos años. Por eso hemos visto que varias fincas productoras de aceite de Palma Africana del Polochic así como de otros cultivos como el banano y anteriormente la caña de azúcar fueron invadidas violentamente y la policía no actuó inmediatamente. Lo mismo ocurrió recientemente con la invasión a la finca Bremen donde se sospecha que alguno de los que invadieron actualmente puede ser el mismo que mató al dueño de la finca hace un año.
Puedo entender que la policía, al verse superada en el número de personas violentas, prefiera esperar a tener refuerzos para ir a sacar a los invasores. Pero eso no se dio. El derecho de los propietarios a defender sus pertenencias está en el limbo. Ni la policía, ni el alcalde, ni el gobernador, ni los jueces han actuado con prontitud ante estos casos de delitos flagrantes. Mientras tanto, estas invasiones ya han cobrado la vida de personas productivas, ha dejado sin trabajo a muchas otras y ha destruido la creación de la riqueza que, con mucho esfuerzo, experiencia de años y conocimiento sus propietarios y trabajadores en pacífica cooperación generaban para sí mismos y para el país.
Sin la defensa férrea de las pertenencias de los habitantes de Guatemala, jamás progresará este país. Para poder generar mayor bienestar para todos se requiere acumulación de capital y más inversión. Si no son defendidas y garantizadas entonces no se generará ni acumulará dejando al país en una economía puramente de subsistencia.
La policía debe estar bien instruida para actuar inmediatamente en casos de delitos flagrantes. Los jueces deben apoyar a los propietarios en forma expedita la defensa inmediata de sus pertenencias. Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Constitucionalidad deben garantizar el derecho de los habitantes de Guatemala a poseer bienes, usarlos para producir otros bienes y defenderlos también en forma inmediata.
No puede ser que los propietarios tengan que pasar años luchando por lo suyo viendo cómo los criminales invasores viven de lo ajeno destruyendo la riqueza que tomó construir durante tanto tiempo. Mientras tanto, ¿quién quiere seguir invirtiendo en Guatemala?