Los desastres en rutas de la muerte
En la actualidad cada día, cada semana, cada mes y cada año las estadísticas de accidentes en las ciudades y en las rutas que conforman la estructura vial del país, los accidentes viales aumentan significativamente, sea transporte de carga pesada, colectivos, personales, comerciales, oficiales, motocicletas, bicicletas y aún de peatones que sufren de percances y que los medios de comunicación, están alertas para dar información, que a la larga provocan psicosis en la población, que visto de otra perspectiva, se debe valorar el servicio que prestan para que los familiares de los que son objeto de estos accidentes se enteren de tragedias que ya no quisiéramos seguir viviendo para evitar el sufrimiento de padres, esposas e hijos, que en las notas rojas mediáticas son fuentes de sensacionalismo que destacan como las mejores noticias para la comercialización de sus medios.
A pesar que existen campañas de prevención por los mismos medios, de las instituciones encargadas del tema; a la fecha no han sido efectivas, por lo que se deben establecer estrategias que permitan duplicar esfuerzos y formas de control exigentes para que no siga aumento estos eventos trágicos que enlutan a la familia guatemalteca y que tanto mal le hace a la población, a la economía familiar y las instituciones que cargan con la responsabilidad de rehabilitar en el mejor de los casos.
Los reglamentos de tránsito, deben de revisarse e incorporar elementos que no se han contemplado porque en el momento que se redactó no se contempló el desmedido crecimiento vehículos, no se contaba con el uso irresponsable de los teléfonos móviles, no existían autopistas para transitar a altas velocidades, agregado a lo anterior, el desconocimiento de las leyes elementales de la física, por ejemplo, la ley de la inercia, el concepto de velocidad en espacio y tiempo y la fricción, que provoca al momento de frenar y prever los incidentes colaterales a la hora de prever un accidente.
Autoridades que no tienen la entereza de sancionar a los conductores que rompen la normativa que señalan los reglamentos, por ejemplo: no conducir bajo efectos alcohólicos y/o estupefacientes que deben sancionarse con suspender las licencias por tiempo perentorio y cuando sea extremo retirarla definitivamente, vehículos que carecen de luces de señalización que son fundamentales para evitar accidentes, estacionándose en lugares inapropiados y prohibidos, rebasar en curvas, provocando caos vial cuando hay atascos viales, vehículos sobrecargados por volumen y peso, manejando cuando hablan con los celulares, sin instrumentos de señalización, al final no hay autoridad alguna para sancionar o apartar de la circulación los distintos vehículos que atentan con la muerte de los mismos pilotos, acompañantes y de terceros que al final no tienen nada que ver en el tránsito de la imprudencia.
Por otro lado, la seguridad del embalaje, el tránsito de carga prohibida, maquinaria, camiones halando hasta tres vagones, carga sin seguridad que ocasiona el derrame de aceites y líquidos en el asfalto que provocan lamentables accidentes.
Pero la pregunta es: ¿Quien sanciona? Pero, la respuesta puede ser: la PMT o PMC o PROVIAL, al final todos soslayan la responsabilidad haciendo las de Pilatos y nadie tiene la responsabilidad de sancionar o poner orden a tanto libertinaje en el transito, por ser sobornado o tener consecuencia con los infractores, cuando estos hacen gala de violencia.
Los puestos de registro admiten corrupción dejándose sobornar, dependiendo el tamaño del peligro y siempre los vemos transitar en las rutas llevando la muerte a muchos guatemaltecos.
Quien controla a los vehículos de tráfico pesado y colectivos de que sus neumáticos estén aptos para correr a altas velocidad, que después argumentan con alto grado de cinismo, que es consecuencia de cargar los neumáticos en malas condiciones, que el tren delantero o trasero los dejan en las carreteras, que los frenos fueron la causa de la tragedia, por no tener el mantenimiento necesario, que por estar en malas condiciones ocasiona tragedias y responsabilidades médicas que endosan a los hospitales.
Si se tuviera prevención de estas circunstancias y otras que los especialistas de transito detecten, sacando de circulación los vehículos que no están en condiciones de transitar, se evitaría tanto desastre vial en donde se pierden vidas y compromete la inversión financiera que podría utilizarse para mejorar las condiciones de vida de muchos guatemaltecos y el uso adecuado de estos recursos en escuelas y en hospitales.