Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra
En Guatemala, hoy día nos hemos ido haciendo a la idea que, producto de la polarización social generada por grupos de poder, o en la búsqueda del mismo, nos encontramos en una cruzada contra la corrupción al estilo Jihad, sin considerar los acontecimientos más urgentes que ocurren en la vida diaria del más común de los guatemaltecos.
Si algo enseña la historia de la cultura (que incluye religión, arte, moral, filosofía, ciencia, etc.) es que el maniqueísmo moral no solo parte de una visión absolutamente discutible del bien y del mal, sino que supone una nitidez entre ambos que en la realidad no se ve por ninguna parte. Asimismo, el maniqueísmo moral suele generar intolerancia, cacería de brujas, “moralina” y dificultades enormes para entender los matices y las zonas grises propias de la realidad y las prácticas humanas. Al maniqueísmo se le escapa que la realidad humano-social no se divide en buenos y malos (en morales e inmorales), sino que bondad y maldad, virtud y bajeza, se mezclan en híbridos que constituyen a cada ser humano concreto.
Algo nefasto del maniqueísmo moral es que quienes lo cultivan (humanos, al fin y al cabo) suelen hacer cosas que han condenado sin contemplación en otros. Claro está, una persona dominada por el maniqueísmo moral no aplica a sí misma la intransigencia mostrada cuando condena a otros por sus fallas; en su caso siempre se trata de prácticas limpias, honestas y transparentes, aunque para justificarlas como tales se tuerza la lógica más elemental y se elaboren los argumentos más extraños.
En su cacería de brujas los maniqueístas encabezados por la CICIG, el MP y la autodenominada sociedad civil, no escatiman esfuerzos por alcanzar sus objetivos aún y cuando ellos mismos tienen la cola machucada al haber sido partícipes directa o indirectamente de lo que persiguen, tal el caso de la señora Thelma Aldana, que proviene de la misma corrupción que la llevó como jefa del MP, y ella misma se ha recetado los famosos BONOS que hoy persigue, manipulando la opinión pública y beneficiándose de lo que según ellos está mal.
En el caso de los medios de comunicación, muchos se han dado a la tarea de acusar a otros, sintiéndose los más inmaculados, únicamente por no haber recibido durante el presente gobierno, las dádivas a las que los acostumbraron los gobiernos pasados. Atacando a los medios que trabajamos sin recursos y mantenemos una postura en contra de las ilegalidades y las falsas cruzadas de fe en contra de la corrupción, pues no estamos a favor del rompimiento constitucional, más no defendemos a personas sino a instituciones.
Ayer, nuevamente el MP en su falsa cruzada, solicitó un antejuicio en contra del presidente constitucional de la República, y no desistirá en sus intentos por politizar la justicia y judicializar la política, rebasando con creces su mandato y olvidándose del mal que, dentro de esa institución y muchos de sus aliados prevalece.
Los guatemaltecos estamos cansados de los falsos profetas y las manipulaciones que tratan de hacer por alcanzar el poder político, que no son capaces de lograr por la vía democrática. Por ello nos preguntamos ¿A dónde pretenden llegar o que es lo que pretenden los autodenominados paladines de la justicia? ¿Qué intereses representan, o quién es su verdadero amo? ¿Por qué en vez de distraer la atención de los casos cruciales, no se dedican a trabajar? ¿Qué resultados concretos como condenas, han demostrado en su ineficiente labor?
Por una nación libre, justa y solidaria.