Columnas

La casa de los sueños

Guatemala vive una historia infinita. Es una sociedad de mil culturas, de una belleza natural adoradora, de un frío arrullador y de un paladar exquisito. Es también la sociedad en donde se reproduce una y otra vez la historia, sin tener nunca principio ni fin. Una y otra vez se repiten los mismos eventos, las mismas confrontaciones. Leer los manifiestos y consignas de hoy, es releer lo mismo que fue expresado en los años 44, 54, 62, 78, 85, años tan atribulados como insustanciales de nuestra historia.

Guatemala es un país como no hay otro en la tierra. Por ejemplo, el 04 de octubre, el embajador de Estados Unidos, Luis Arreaga, presentó sus credenciales ante el presidente de la república, Jimmy Morales. Lo especial es que el nuevo embajador es de ascendencia chapina, lo cual genera cierto morbo en las relaciones. Además, aparentemente representa un cambio de rumbo en comparación con el anterior embajador. Dice Eric Hobsbawm, que toda nación necesita tener una ruta del desarrollo para avanzar. Tiene que tener objetivos económico sociales sobre los cuales alcanzar metas y construir una explicación común de su realidad, para creerla como sentimiento compartido.

Arreaga no perdió tiempo. Desde el primer momento puso en la mesa sus cartas. Viene a generar una estrategia para Guatemala que cumpla en especial con tres objetivos que a Estados Unidos le interesan. Viene a trabajar en las áreas fundamentales: seguridad, prosperidad, gobernanza. Lo que no queda claro es el orden en que se buscará el éxito en esas áreas. Y, no es intrascendente ese orden. Sí la potencia mundial se concentra en la seguridad, gastará en armas, violencia, inteligencia militar, generará nuevos polos de concentración de la riqueza y escape de la población joven hacia el norte buscando tranquilidad y trabajo productivo.

Sí se orienta primero a la gobernanza, se encontrará con una estructura de poderes e intereses corporativos que tienen secuestrado al Estado. Sus avances serán importantes, pero lentos. Aquí el meollo es concentrarse en la prosperidad. ¿Qué entendemos por prosperidad? Gasto social en educación y salud. En Educación, los objetivos son claros, gastar el 10% del PIB en educación primaria y secundaria, para crear un estrato social educado y capaz de tomar sus propias decisiones; alfabetizar al 90% de la población, con educación de calidad. Luego, devolver a las raíces la seguridad social, lo que significa alcanzar un índice de desarrollo humano igual a Uruguay, Chile y Costa Rica; elevar la expectativa de vida en 10 años hasta los 78 años de edad.

Guatemala tiene que jugar a construir otra sociedad. Una sociedad de libertades individuales, de competencia económica, de distribución de la propiedad de la tierra, combatir el monopolio de enormes hectáreas que generan riqueza extrema y pobreza intimidante. La hoja de ruta la marcó la actual administración norteamericana. Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, dijo necesitamos un liderazgo eficaz en la lucha contra la corrupción en Guatemala. Alguien que desempeñe un papel importante en el fortalecimiento de las instituciones guatemaltecas y la lucha contra la corrupción que debilita la seguridad y prosperidad en Guatemala. La idea es clara, o Guatemala fortalece la institucionalidad por sí misma, o desde lo externo le será impuesta.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Cristobal Pérez-Jerez

Economista, con maestría en política económica y relaciones internacionales. Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica. Analista de problemas estratégicos, con una visión liberal democrática.

A %d blogueros les gusta esto: