Columnas

Corrupción: Historias que se repiten

Cuenta un amigo de otro país, que tiene una finca con bosque y que se tardó casi dos años, luego de una serie de costosos estudios que tuvo que presentar, en que le entregaran la licencia forestal para poder talar una zona de su propiedad que luego iba a reforestar.  Lo más interesante del caso es que cuando comenzó el trámite y llegó a solicitar la licencia, le indicaron que debía hacer un estudio para la tala y el plan de resiembra pero que sólo podía hacerse con personas y empresas autorizadas por el IB (Instituto de Bosques) y que el primero del listado era el mejor y quien más rápido le haría el estudio.

Esta persona llamó a cada una de las personas del listado.  La primera del listado cobraba 28,000 pesos por dicho estudio, cifra que era altísima luego de ver que las últimas en el listado cobraban por lo mismo 6,000 pesos, es decir, casi cinco veces menos que la primera.  Los burócratas del IB insistían en que se contratara al primero, que el estudio saldría rapidísimo, si no que podría tardar mucho tiempo.

¿Qué es lo que uno puede imaginarse de esta situación? Puede ser que, en efecto, los que cobran más caro tengan personal muy eficiente para hacerlo, pero también se queda uno con las dudas si esa empresa no logrará por algún medio, lo dejo a su imaginación, que sus expedientes sean los primeros.

Como este caso hay muchos y Guatemala no es la excepción.  Ahora que se ha descubierto con pruebas y evidencia algunos casos de corrupción en el país se sabe que los contratistas de carreteras tenían que dar el 15% del presupuesto de obras que realizaran al Ministerio de Comunicaciones, de lo contrario o no les adjudicaban (corrupción) la obra o si ya estaba adjudicada no se la pagarían (chantaje).

Los principios de una persona que comienza a cometer actos de corrupción se van erosionando poco a poco y cuando menos sienta justifica todo acto de robo, sobornos, extorsión, influencias por tener información privilegiada, y muchas otras cosas más para seguirse enriqueciendo a costa de los demás.  Pienso que la corrupción ocurre en todos lados, mientras más actividades realice el gobierno, más corrupción habrá en la sociedad.

Cualquier persona que trabaje en el gobierno y tenga cierto poder, no importa que tanto, pero el poder de adelantar o atrasar cualquier expediente, un permiso, una licencia, un proyecto, una adjudicación, etc…, tiene en sus manos la posibilidad de corrupción.  Lo vemos desde aquel trabajador que en una ventanilla posee un sello que debe poner en algún expediente hasta los puestos principales en ministerios, instituciones públicas y no digamos en el Congreso, Organismo Judicial y el Ejecutivo.  Los sindicatos y sus presiones son otras de las entidades que dan mucho que hablar.  Las aduanas no se digan.  La SAT (Superintendencia de Administración Tributaria) es otro de los ejemplos donde a través de presiones no muy limpias te atrasan devoluciones del IVA o te amenazan con demandas infundadas para pagar una mordida o bien un impuesto que a lo mejor no te corresponde.

 El economista Luis Pazos, después de haber estado en política en México, nos comentaba que no todo el mundo es corrupto.  El encontró que la mayoría de personas con las que trabajó en el gobierno eran personas de principios sólidos, laboriosas y muy dedicadas a sus trabajos y vocación.   Sin embargo, las arcas abiertas hasta el justo peca.  Lo que quiere decir que no es cuestión de tener personas honestas sino sistemas de control que eviten la corrupción y el robo, así como reducir la injerencia del gobierno en tantas actividades que hace actualmente y que no son necesarias.

TEXTO PARA COLUMNISTA